De acuerdo al último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) el consumo aparente de carne vacuna durante el primer cuatrimestre del año habría sido equivalente a 663,4 mil toneladas res con hueso.
Esto implica que el consumo habría caído un 17,5% por debajo de lo registrado en el primer cuatrimestre del año pasado (-141,1 mil tn r/c/h).
Cuando se habla de "aparente" en el informe, se hace referencia a que no hay un dato concreto al respecto, sino que solo se hace el descuento entre lo producido y lo exportado por el país.
De confirmarse este número de CICCRA, el consumo de carne vacuna de los argentinos habría sido el registro más bajo de las últimas tres décadas.
Carne vacuna hay, pero... NO HAY PLATA
En lo que respecta a los precios al consumidor, durante abril el capítulo alimentos y bebidas no alcohólicas del INDEC registró un alza inferior a la del nivel general. En relación a marzo la suba fue de 5,7% vs. 9,2%, producto de un aumento de 6,0% en los precios de los alimentos y de un incremento de 3,5% en los precios de las bebidas no alcohólicas.
Dentro de los alimentos, el precio promedio de las ‘carnes y derivados’ otra vez se ubicó entre los que menos subieron (4,9%). Fue el valor promedio de los cortes vacunos relevados por el INDEC el que contribuyó a esta desaceleración, ya que aumentó 4,7% en relación a marzo. En cambio, el precio del pollo se incrementó 8,2% en el mes.
Estos datos del INDEC indican que el precio de la carne no es uno de los problemas por los cuales cayó el consumo, sino que lo que continúa cayendo es el poder adquisitivo de los argentinos, que no pueden afrontar la dieta de proteínas animales de la misma forma que en los años anteriores.