Alguna vez nos preguntamos en Diario Con Vos, qué pasaba por la cabeza del presidente Javier Milei a través de su firma. Por esto, seguimos con los detalles que devela el siempre interesante mundo de la grafología, esta vez con la letra "K".
La grafología —considerada una pseudociencia— se sumerge en los detalles de la escritura, desde las líneas y curvas hasta la fuerza con la que se sostiene la lapicera. En este contexto, los expertos dirigieron su atención a la letra "K" como un indicador revelador del comportamiento de una persona.
La "K", conformada por tres líneas, se convierte en un lienzo donde los grafólogos encuentran pistas sobre la confiabilidad de un individuo. La primera línea es recta y vertical, mientras que las otras dos parten perpendicularmente hacia la derecha desde la mitad de la primera. Aunque pueda parecer simple, el análisis de las líneas oblicuas se vuelve crucial para desentrañar la posible traición.
Grafología: indicios de traición en las líneas oblicuas de la "K"
Según los expertos, el distanciamiento de las dos líneas oblicuas de la base vertical revela la búsqueda de espacio y distancia por parte de la persona. Este alejamiento, en la extensión de las líneas, sugiere una predisposición hacia la reserva y la necesidad de mantener cierta distancia.
En contraste, si estas líneas oblicuas se cortan prácticamente pegadas a la base vertical, la grafología interpreta que se trata de una persona confiable. Además, de alguien cercano, sin indicios de problemas ni agendas ocultas.
En resumen, la grafología se convierte en una herramienta intrigante para aquellos que buscan comprender más allá de las palabras escritas. En cada trazo de la letra "K" se esconde una historia sobre la personalidad de quien escribe, y los argentinos, ávidos de descubrimientos, se sumergen en este fascinante mundo de la escritura reveladora.