El dialecto rioplatense es tan rico como insólito. Frases argentinas como "llorar la carta" se han extendido en nuestro vocabulario por generaciones aunque muchas veces no sepamos siquiera cómo se originaron. ¿De dónde surge esta expresión?
El significado de la frase "llorar la carta" se ha mantenido en el tiempo y no ha variado desde sus orígenes. Es una forma de pedir ayuda conmoviendo al interlocutor para conseguir que éste haga algún favor o, por ejemplo, done dinero.
Si bien nuestra cultura se nutrió muchísimo de la inmigración (particularmente de la española e italiana) y esto se refleja ampliamente en expresiones y costumbres, hay algunas frases que son completamente nuestras. Llorar la carta es una de ellas pero ¿cuál es la historia detrás de su origen?
El verdadero origen de "llorar la carta"
Originada a mediados del siglo XIX en la metrópoli de Buenos Aires y potenciada en sus arrabales, cancionero mediante, "llorar la carta" refiere a las ocasiones en las que una persona intenta dar lástima, ruega con énfasis algo que pretende o se muestra deprimida con diferentes tácticas para llamar la atención de otros. No importa si sus razones son atendibles o cuestionables, lo que importa, en este caso, es la conducta del protagonista.
La cuestión deriva de las repetidas situaciones en las que alguien lloraba mientras leía el contenido de una carta. En épocas previas a los celulares, resultaba común ver a una persona derramando lágrimas sobre el papel mientras se enteraba de malas noticias, como un desengaño amoroso o la pérdida de un ser querido.
Otra versión propone que la frase deriva de la conducta de algunos excluidos sociales que iban de casa en casa pidiendo ayuda, en tanto que mostraban, a quienes los atendían, una carta donde figuraba su penosa situación y también la recomendación de colaboración por parte de algún conocido o personaje de la zona. La escena era lacrimógena y había una carta en medio del asunto.