Luego de cometer una estafa inmobiliaria de 150 millones de rublos (aproximadamente 2 millones de dólares), Liudmila Avdiukhina, oriunda de Moscú, fue arrestada hoy por la mañana por el Departamento Interpol de la Policía Federal.
El engaño se había terminado: Liudmila, nacida en 1986 en Rusia, había residido en Buenos Aires desde hace un año junto a su esposo e hija, mudándose a diferentes domicilios cada dos meses para que no los encuentren.
Los detectives que vigilaban a la joven de 37 años lograron descubrir su última vivienda en la calle San José de Calasanz, ubicada en la zona de Caballito. Allí, la esposaron finalmente, con una causa por extradición a cargo del juez Julián Ercolini.
Entre septiembre y diciembre de 2022, en su papel como supuesta directora de la empresa inmobiliaria Zhilfond Barnaul, Avdiukhina ideó un plan fraudulento con el objetivo de apropiarse de los fondos de los clientes. En este sentido, tomó préstamos con varios ciudadanos por un importe total de más de 100 millones de rublos rusos, sin intención real de reembolsarlo. Posteriormente se apoderó del dinero recibido y abandonó la Federación Rusa.
Su llegada al país fue registrada el 1° de enero de 2023, según la información de Migraciones. La circular roja de Interpol en su contra, emitida por la Justicia rusa, llegó posteriormente con el número A-3551/4-2023. El delito del que se le acusa no es insignificante: una estafa inmobiliaria que asciende a 150 millones de rublos, equivalentes a más de dos millones de dólares.
“En el tiempo que estuvo en la Argentina, por intermedio de testaferros, Avdiukhina habría hecho inversiones inmobiliarias”, sostuvo a La Nación un detective que participó de la detención.
“A partir del trabajo fluido con la Oficina Moscú de Interpol y, tras analizar redes sociales y otras fuentes abiertas, se logró establecer el núcleo familiar de la sospechosa”, agregaron otras fuentes consultadas.
En el transcurso de la investigación para ubicar a la sospechosa, los investigadores de la Policía Federal Argentina encontraron un establecimiento de venta de comida rusa que, lejos de quedarse quieta, era operado por Avdiukhina.
Fue un desliz en Internet lo que llevó a su captura. Se localizó después de un análisis cruzado entre diversos sistemas informáticos de la Policía Federal Argentina y la base de datos de la Organización Internacional de Policía Criminal, además de búsquedas en redes sociales y fuentes públicas.
"Los domicilios en los que vivieron la prófuga y su familia eran conseguidos por integrantes de la comunidad rusa en la Argentina. Las mudanzas cada 60 días tenían como objetivo evitar ser buscada cuando trascendiera su orden de captura internacional. Pero finalmente fue descubierto su actual lugar de residencia y hoy, cuando salió a la calle, fue detenida", explicaron fuente de la PFA.