A 16 días de haber asumido, Javier Milei ha copado absolutamente la política argentina con una agenda avasalladora, que incluye un plan económico y un Decreto con Necesidad y Urgencia que modifica más de 370 leyes y que, a esta altura del año, el sistema político está teniendo muchas dificultades para asimilar.

Como si fuera poco, el presidente no da respiro a la sociedad con una cantidad de anuncios inconmensurable y una febril actividad en redes sociales que ayer, según contó el periodista Ernesto Tenembaum, alcanzó los 121 tuits.

El presidente compartió una enorme cantidad de contenidos que son, en su mayoría, réplicas de comentarios de sus adherentes y fragmentos de sus entrevistas. Pero hay también mucho contenido ideológico, citas de economistas, filósofos y reflexiones en contra de experiencias de otros países.

Esta altísima actividad en redes, contrario a lo que podría suponerse, no siempre tiene buenos resultados. Para quienes trabajan como community manager, hay coincidencia de que tuitear demasiado es tan nocivo para la imagen de una marca como tener una cuenta de Twitter abandonada.

“Hay que tener en cuenta que Twitter no es un chat y por tanto, no se puede estar lanzando mensajes cada dos minutos. Esta conducta sólo lleva a una denuncia por spam o a que los usuarios bloqueen la cuenta”, sostiene el manual del sitio empresas2cero.

Hay que tener en cuenta que Twitter no es un chat y por tanto, no se puede estar lanzando mensajes cada dos minutos

Si esta máxima aplica también para la política es algo que la sociedad argentina averiguará en los próximas semanas.