Durante la mañana del domingo, partió una nueva caravana de cerca de 8 mil inmigrantes desde Tapachula, Chiapas. La misión siguió durante la navidad, con el objetivo de llegar a la frontera con Estados Unidos y cruzarla. Según algunos medios, la mayoría vienen de países de Centro y Sudamérica y marchan tanto familias enteras como personas solas y de todas las edades.
No es la primera vez que se organizan este tipo de caravanas ante la gran cantidad de latinoamericanos que se van de sus países huyendo de la pobreza y la violencia, en busca de una vida mejor en Estados Unidos. Este miércoles, funcionarios mexicanos y estadounidenses se reunirán en una cumbre para discutir estos temas e intentar llegar a soluciones o estrategias para contener la migración.
"Éxodo de la pobreza" es el nombre que los inmigrantes le pusieron a esta caravana. La primera parada fue el domingo a la noche en un parque, donde recibieron comida por parte de algunos vecinos de Chiapas y de las iglesias de la zona. Además, fueron acompañados por oficiales de la policía local y de la Guardia Nacional, aunque nadie intervino la cruzada. "Hemos caminado mucho. Honestamente, no sé cuántos kilómetros. Mi hija no puede caminar más. La cargo en mis brazos porque necesita descansar, tiene solo tres años, y no está bien, está enferma”, le dijo un hombre hondureño a la agencia de noticias Reuters. “El presidente de Estados Unidos debería ayudarnos como inmigrantes. En realidad, varios de nosotros solo vamos por cinco, seis, siete años y regresamos a nuestros países. Por esta razón, le pedimos a Joe Biden que nos ayude”, pidió otro ciudadano de Honduras.
Una mujer que se sumó a la travesía con su hijo de 7 años y también viene de Honduras dijo: "No comprenden que uno tiene necesidad de salir adelante. ¿Por qué no nos pueden ayudar, dar la mano? Necesitamos apoyo de ellos [los gobiernos]". Y otra mujer venezolana, agregó: “Esta travesía ha sido bien fuerte para nosotros los migrantes. Necesitamos ayuda de Migración y del gobierno, que se pongan la mano en el corazón y nos den un salvoconducto”.
Entre la última semana de noviembre y la primera de diciembre, la detención de inmigrantes en las fronteras de Estados Unidos subió un 31% según la Patrulla Fronteriza estadounidense. Según el gobierno de López Obrador, la mayoría de ellos son mexicanos. Por su parte, desde EE.UU. cerraron tres puestos fronterizos por parte de Washington y promulgaron desde el gobierno de Texas una ley antimigrantes que le permite a las autoridades detener y deportar a México a personas que no tengan papeles. Desde las autoridades mexicanas se opusieron fuertemente a estas medidas y exigen que se replantee el enfoque con el que se aborda el fenómeno.
La caravana va a seguir en los próximos días, inclusive en Año Nuevo. Para ese momento, se estima que los manifestantes hayan avanzado cientos de kilómetros en dirección a la frontera.