Como cada 5 de diciembre, desde 2014, mañana se celebra el Día Mundial del Suelo con el objetivo concientizar sobre la importancia y la relación entre el suelo y el agua para lograr sistemas agroalimentarios resilientes y alimentos sostenibles.
Prácticas sostenibles de gestión del suelo como la labranza mínima, la rotación de cultivos, la adición de materia orgánica, los cultivos de cobertura y aplicación de tecnología en la producción de los alimentos, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) "mejoran la salud del suelo, reducen la erosión y la contaminación y mejoran la infiltración y el almacenamiento del agua".
Dentro de la extensa lista de "tecnología aplicada a la producción de alimentos", en los últimos tiempos ha crecido la utilización de sistemas innovadores que permiten a los cultivos aprovechar mejor los recursos y, que a su vez, no requieran de mayor superficie.
Lejos de la búsqueda genética para obtener los denominados "Alimentos Ambientalmente Inteligentes", un ejemplo sencillo de estos sistemas es la producción por hidroponia y/o granjas verticales, que permite tener alimentos más sostenibles para el ambiente y para el consumidor.

El rol de la luz LED en los alimentos sostenibles
En esta búsqueda constante de cumplir con la creciente demanda de alimentos a nivel mundial y, al mismo tiempo con los desafíos ambientales que enfrenta la humanidad, el ingenio se pone al servicio de alternativas sostenibles en la agricultura.
La tecnología de la luz LED ha surgido como una solución innovadora para la producción de alimentos de manera eficiente y sostenible, ya que la capacidad de esta tecnología para proporcionar un espectro de luz óptimo para el crecimiento de las plantas ha revolucionado la forma en que se cultivan los alimentos.
¿Por qué? Porque el uso de los LED, a diferencia de la luz natural o las fuentes de luz convencionales, pueden proporcionar una luz personalizada que estimula el crecimiento, mejora la calidad y aumenta el rendimiento de los cultivos.
"En Signify llevamos más de 80 años en la investigación del uso de la tecnología de iluminación aplicada a la producción de cultivos y hemos encontrado que el uso de los LED en la agricultura ofrece una serie de beneficios significativos", asegura Tomás Aragona, Commercial Leader Agriculture South Latam Region at Signify.

Una de las aplicaciones de la tecnología de luces LED en la agricultura es su capacidad para impulsar el desarrollo de granjas verticales. Cabe destacar que este sistema permite el cultivo de alimentos en múltiples capas, maximizando así el uso del espacio y aumentando la eficiencia de la producción.
Granjas Innovadoras
"En esta forma de cultivar se utiliza un sistema de iluminación LED personalizado y se obtiene un espectro de luz óptimo para el crecimiento de las plantas y vegetales. Al sustituir la dependencia de la luz natural, estas granjas pueden operar durante todo el año, independientemente de las condiciones climáticas externas, que a la vez permite un suministro constante y predecible de alimentos frescos, reduciendo así la necesidad de importar productos de otras regiones", explica Aragona.
Entre los beneficios que aportan las luces LED, aplicadas a este sistema, desde Signify mencionan lo siguiente:
- Espectro de luz ajustable: las luces LED permiten proporcionar a las plantas la combinación precisa de colores que necesitan para un crecimiento óptimo. Esto puede resultar en un aumento significativo en la tasa de crecimiento y producción.
- Mayor control sobre la calidad de los productos: la iluminación LED puede influir en la calidad de los productos cosechados. Al ajustar el espectro de luz, se pueden mejorar características como el sabor, el aroma, el color y el valor nutricional de los cultivos.
- Incrementar productividad y rentabilidad: Rendimientos mucho mayores en comparación con algunos métodos tradicionales de cultivo. En el caso de lechugas, por ejemplo, se pueden obtener rendimientos hasta 3 veces mayor vs. producción a campo abierto y un ahorro en el consumo de agua hasta del 90%
- Disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero: al cultivar los alimentos de manera local, se reduce la necesidad de transportarlos largas distancias, lo que ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Elevar la seguridad alimentaria: Las granjas verticales pueden cultivar una gran variedad de alimentos frescos y saludables todo el año, lo que puede ayudar a reducir la dependencia de los alimentos importados y mejorar la seguridad alimentaria de las comunidades locales.