La NASA confirmó que se percibió un "latido de corazón" de la nave espacial Voyager 2. Pese a que está sola y a la deriva del espacio interestelar porque tuvo una falla que la dejó incapaz de recibir comandos o transmitir datos, la agencia estodounidense pudo registrar esta señal.
Lanzada en 1977 para explorar los planetas exteriores y servir como un faro de la humanidad, la nave se encuentra actualmente a más de 19.900 millones de kilómetros de nuestro planeta por fuera del sistema solar. Sin embargo, desde hace una semana, Voyager 2 no puede tener contacto porque inclinó su antena apenas dos grados de más.
Esta situación no se esperaba que se resolviese hasta que realice una maniobra de reorientación automatizada el próximo 15 de octubre. Pese a esto, la directora del proyecto Voyager, Suzanne Dodd, confirmó que en las últimas horas el equipo contó con la ayuda de Deep Space Network, un conjunto internacional de antenas de radio gigantes. "Esto tuvo éxito porque vemos la señal del 'latido del corazón' de la nave espacial", comentó.
"Entonces sabemos que la nave espacial está viva y en funcionamiento. Esto animó nuestros espíritus", detalló la titular. La sonda, que lleva 41 años en el espacio, más de 30 mil millones de kilómetros recorridos y cuatro planetas visitados (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), todavía está transmitiendo. Si bien, la NASA puede ver el "latido de corazón", no pueden leer la señal de información.
Suzanne Dodd afirmó: "Ahora estamos generando un nuevo comando para intentar apuntar la antena de la nave espacial hacia la Tierra". Según la agencia, aunque hay una baja probabilidad de que funcione, seguirán intentando enviar estos comandos porque falta mucho tiempo para el 15 de octubre.
Cabe destacar que la Voyager 2 lleva un disco de oro, "Golden Records": un disco de cobre chapado en oro de 12 pulgadas para transmitir la historia de nuestro mundo a los extraterrestres. Este incluye un mapa de nuestro sistema solar, una pieza de uranio que sirve como un reloj radiactivo para saber la fecha del lanzamiento, imágenes codificadas de la vida en la Tierra, así como música y sonidos que se reproducen con un lápiz óptico incluido. Se espera que su banco de energía se agote después 2025, allí continuarán vagando por la Vía Láctea en silencio, por la eternidad.