Un jugador de fútbol amateur pateó en la cabeza a un árbitro en Sarandí y lo desmayó en el medio del campo de juego. “Me pudieron haber matado. Pude haber terminado dentro de un cajón. No hay nada que justifique esa patada que me dieron”, dijo Ariel Paniagua.
Los futbolistas que habían alquilado una cancha en Estación 98, ante las decisiones de arbitraje de Paniagua lo atacaron con golpes y patadas hasta que un golpe en su nuca lo dejó inconsciente. "Yo me puedo equivocar, pero no creo que esa tenga que ser la reacción de los muchachos", consideró el profesional.
Paniagua reveló que arbitrar es su segundo trabajo, que en realidad lo realiza para sumar algunos pesos para llegar a fin de mes. “Es un esfuerzo muy grande, porque a veces llego a las 2 de la mañana a mi casa y al otro día me tengo que levantar a las 4 para ir a la empresa de limpiavidrios, que es mi trabajo formal”, describió en diálogo con Telefe Noticias.
El árbitro agredido en Sarandí destacó que todavía no entiende “cómo un jugador puede reaccionar así”. "Este muchacho no entendió que pudo haberme matado. Ni siquiera me pidió disculpas, simplemente dijo que actuó en caliente. Es algo que nos pasa seguido a los árbitros de fútbol amateur, porque es una carnicería", compartió el árbitro.
Incluso, Paniagua reveló: "Hay veces que vienen 11 jugadores a cagarnos a trompadas y hay que esconderse en el vestuario o el bufet". El agresor, que se identificó como Dimitri, le terminó dando la razón con su versión de los hechos.
"Yo era el capitán del equipo y le pedía que cobrara al juez. A los rivales les dejaba pegar y cuando uno de nosotros jetoneaba nos quería mostrar la amarilla. Yo ya venía enojado y cuando vi la roja le pegué sin darme cuenta. No me rescaté, se me nubló todo y ahora es todo distinto", recordó el agresor sobre lo sucedido.
El árbitro que agredió aseguró que ya se había contactado con abogados y que "la denuncia ya está radicada". "Espero que esto sirva para que se termine con la carnicería de los árbitros en los torneos amateurs", concluyó.