A sus 92 años, el empresario George Soros cedió el control de la Open Society Foundations a su hijo Alexander Soros (37), según informó The Wall Street Journal.
El patriarca de un imperio, conocido por promover las políticas liberales en todo el mundo y blanco de las más variadas teorías conspirativas del mundo, se retiró de la gestión y cedió su lugar al menor de sus hijos que, en una reciente entrevista, se declaró como “más político” que su padre.
La fundación está avaluada en 25 mil millones de dólares y destina anualmente 1.500 millones a grupos de defensa de los derechos humanos, instituciones educativas y a campañas políticas vinculadas a reducir los prejuicios raciales del sistema judicial estadounidense.
La decisión sorprendió ya que el magnate había manifestado que no quería que la fundación quedara en manos de alguno de sus hijos mientras viviera “por una cuestión de principios”, ya que prefería que fuera manejada por “alguien más adecuado”.
Según declaró al Wall Street Journal, Alexander Soros se reunió recientemente con funcionarios de la administración de Joe Biden y otros jefes de Estado como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, para impulsar temas relacionados con la fundación familiar.
Desde hace algunos años y especialmente con el gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, George Soros se volvió el blanco de numerosas campañas de grupos de ultra derecha que lo acusan de todo tipo de conspiraciones en las que se mezclan antisemitismo, terraplanismo y ortodoxia religiosa.
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