Este domingo se produjo el ballotage de las elecciones presidenciales. Los turcos decidieron entre Recep Tayyip Erdogan, el actual presidente, que salió ganando, frente al socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu. La oposición denunció irregularidades durante la elección.
La segunda vuelta es una instancia de votación presidencial que se produce por primera vez en la historia del país. El recuento de votos mostró que, escrutado el 98% de las urnas, el conservador Erdogan lograba un 52,1% de los votos, mientras que su adversario, Kemal Kiliçdaroglu, socialdemócrata, sacaba un 47,9%, según lo informado por la agencia de noticias pública Anadolu del Partido de la Justicia y el Desarrollo, frente islamoconservador.
Erdogan se enfrenta a su tercer mandato consecutivo, después de 20 años al frente del poder. En la primera vuelta el líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), una formación islamista, obtuvo el 49,5% de los votos. Kiliçdaroglu, el opositor laico, en esa instancia estuvo en el segundo lugar, con 45% de votos.
Desde la oposición denuncian fuertes irregularidades durante la votación, que incluyen agresiones físicas a observadores de urnas en el este de Turquía. Desde el partido socialdemócrata CHP, cuyo líder es Kemal Kiliçdaroglu, informaron este domingo sobre múltiples casos de votos a personas cuyos nombres no estaban presentes en las papeletas, el registro de personas fallecidas como electores y la entrega de papeletas pre-selladas para votar.
“Mi verdadera tristeza es por las dificultades que esperan al país”, dijo el líder de la oposición laica, Kemal Kiliçdaroglu, en sus primeras declaraciones públicas. A pesar de las denuncias por la coartación de libertades políticas y sociales de este gobierno y la inflación de un 85%, los resultados del escrutinio colocan a Erdogan como el próximo máximo gobernante, haciendo que el pueblo turco pierda la posibilidad de salvarse de la autocracia.
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