"Guardiola le hizo mucho daño al fútbol porque, sin quererlo, inventó un sistema que es cómo se le defiende a un equipo de Guardiola". Esta frase no la dijeron José Mourinho, Jurgen Klopp o Diego Simeone rivales asiduos del catalán. Fue su admirado Marcelo Bielsa en octubre de 2020 en la previa del primer duelo de ambos con Manchester City y Leeds en Premier League. El rosarino había ascendido meses atrás desde el Premiership y los citizens eran los vigentes subcampeones. Esa definición deja en claro el grado de quiebre que generó una carrera que lleva recién 15 años y para muchos ha modificado el fútbol para siempre.
Antes de asumir como entrenador se fue nutriendo de ideas. Desde sus años de jugador que sus ex compañeros recuerdan que era el nexo en la cancha con el banco de suplentes. De hecho subió a Primera de la mano de Johan Cruyff de quien es el mejor heredero. “Yo no sabía nada de fútbol hasta que lo conocí”, dijo Pep en 2016 tras la muerte del neerlandés. De él aprendió que las posiciones son aleatorias porque lo vivió en carne propia, como cuando lo hacía retroceder a posición de defensor central gracias a su metro ochenta. Curiosamente los equipos de Guardiola son el triunfo de los futbolistas bajitos.
El estilo Pep
En un viaje por Argentina junto a su amigo el periodista y director de cine David Trueba, tuvo sendos encuentros con Cesar Menotti y Bielsa, con quien tuvo la famosa charla donde se habló de la necesidad de esa sangre que implica el mundo del fútbol. Sin embargo quien le proveyó de uno de sus conceptos claves fue otra compatriota, Julio Velasco, uno de los mejores entrenadores de voley de la historia. Por esos años el platense dirigía en Piacenza, mientras Pep jugaba en la Serie A y dado los éxitos que había tenido con el seleccionado masculino quiso conocerlo. Velasco le dijo que no todos los jugadores son iguales, que los abordajes son distintos, la capacidad de incorporar conceptos varía y que eso requiere tratos diferenciados.
Esto último se empieza a ver en el kilómetro cero de su vida profesional como director técnico. Tras un año en el Barcelona B es elegido como sustituto de Frank Rijkaard. Como nadie detectó la singularidad de Lionel Messi y lo apuntaló. Llevó un nutricionista para el plantel, en especial para el rosarino que padecía microlesiones constantes y gracias a mayor cantidad de pescado, verduras y frutas en detrimento de las milanesas de Celia, solo se lesionó una vez en los cuatro años de convivencia. Le permitió ir a los Juegos Olímpicos de Beijing a pesar de la negativa de club y pidió la salida de Ronaldinho, a quien veía como un potencial perjuicio para el desarrollo de Lionel.
Que te cagas
Esa temporada, la 2008/2009, además se fue Deco, otro líder cercano a Messi, volvió Gerard Piqué de Manchester, compraron a Dani Alves y promovió a tres valores del equipo filial: Sergio Busquets, Pedro y Thiago Alcantara. Este último sería importante con el Bayern recién, pero los otros dos lo harían de inmediato.
Guardiola se crió con la escuela de La Masía ycon la influencia de Cruyff que utilizaba el esquema 3-4-3 que se enseñaba en las inferiores del club. Si bien el inventor del método fue Laureano Ruiz, este tomó conceptos de la escuela del Ajax que aportó Cruyff cuando era jugador del Barsa. Al principio los resultados no aparecían y sí las dudas con Guardiola, pero el antídoto vino desde adentro. En su libro “La jugada de mi vida” Andrés Iniesta recuerda uno de sus primeros diálogos con Pep. “Tranquilo Mister, jugamos que te cagas”, fue la sentencia del volante de Fuentealbilla. Desde entonces la dirección fue él, Xavi y Messi.
Guardiola hizo un ajuste con respecto a su mentor y puso cuatro defensores para hacer un 4-3-3. La versatilidad estuvo en poder usar a Puyol y Piqué tanto de centrales como de laterales, a Iniesta de interno o extremo, como también pedir cambios de posición a volantes y delanteros en pleno partido para quitar referencias a los rivales. La cantidad de variantes en lo partidos eran tantas que por momentos parecía que Barcelona jugaba con más futbolistas. Uno de los modificados fue Javier Mascherano, a quien compraron como alternativa de Xavi, pero terminó usando como marcador central. De hecho en la despedida de la final de la Copa del Rey 2013 contra el Athletic de Bielsa, hizo dupla con Piqué en la zaga.
El primer gran golpe táctico lo dio contra Real Madrid que se jugaba la última chance de pelearles el título en 2009. Empezaron perdiendo 1-0 y terminaron ganando 6-2, el día de Messi como falso 9, un concepto que usaba Cruyff con Michael Laudrup. La idea consistía en usarlo como un centrodelantero retrasado para evitar que los centrales tuvieran una referencia, así los extremos y volantes pudieran llegar al área . Messi hizo dos goles y volvió loca a la defensa blanca. Tras cuatro años de puro vértigo y 14 títulos, el catalán se tomó un año sabático, pero, al igual que cuando era jugador, los conceptos/mantra fueron tenencia, fútbol ofensivo, triangulaciones y presión para recuperar rápido.
Herr Pep
En 2013 asumió en Bayern Munich que había ganado el triplete, Liga, Copa y Champions, un escenario opuesto al de reconstrucción que encontró en Barcelona. Su debut fue la Supercopa alemana donde perdió con el Borussia. La seña de identidad fue la misma: 4-3-3, el suizo Xherdan Shaquiri, 1,69cm, de falso 9 y el debut de Thiago Alcantara como volante central. A pesar de la derrota inicial se quedó con la liga y a fin de temporada incorporó a Robert Lewandowski que le significó tener un delantero de referencia más clásico.
En “Herr Pep”, el libro de Martí Perarnau, se explica como en distintos tramos del año Guardiola explicaba movimientos nuevos o los cambiaba de posiciones que utilizaría más adelante en el tiempo, no se trataba de cambios inmediatos. La idea era incorporarlos paulatinamente para usarlos en momentos específicos. Si bien no pudo ganar la Champions, fue eliminado los tres años en semifinales, gobernó el plano local y mejoró al seleccionado.
El mediocampo que dirigía, Toni Kroos, Bastian Schweinsteiger y Thomas Müller, fue el mismo que arrancó la final contra Argentina en 2014. A Philip Lahm, lateral derecho, lo utilizaba también en la izquierda o como volante central. Con Joshua Kimmich, de quien dijo era uno de los mejores volantes defensivos del mundo, invirtió la carga del centro al lateral derecho, puesto donde a veces juega en Alemania.
Míster Guardiola
Su debut con el City en 2016 no dejó mucho para analizar, pero sí desde lo simbólico porque fue en un amistoso contra Bayern Munich, donde lo reemplazó Carlo Ancelotti, a quien eliminó este año en la Champions, y porque en su equipo atajó Wilfredo Caballero y Bruno Zuculini estaba en el banco de suplentes. Hasta la llegada del androide Erling Haaland, Pep hizo como en España y apeló a los chiquitos. En el club ya estaban David Silva, Kevin De Bruyne, Raheem Sterling y Sergio Agüero y junto a él llegó Ilkay Gundogan, formateado por Klopp en Borussia Dortmund.
Del primer once titular en Premier solo sobrevive el belga y en ataque se sostuvo hasta el año pasado en el Kun o Gabriel Jesús. El arribo de Haaland le supuso una adaptación como la que vivió con Lewandowski o la que intentó con Zlatan Ibrahimovic en Barcelona. El sueco solo duró un año y en su biografía fue muy duro con el español, sobre todo por su preferencia por Messi. Haaland es más un llegador y definidor que gestor, si bien ha comandado ataques y entregó asistencias. Los extremos e interiores son los que marcan el tempo y el noruego quien ajusticia. Julián Alvarez le funge en ambas instancias, pero es claramente el suplente del goleador.
Hace 15 años que empezó a dirigir en Primera y es siempre el rival a vencer. Sus seguidores lo veneran y sus críticos le caen, sobre todo en Champions, donde tiene la chance de cerrar la temporada soñada. Su quiebre fue táctico, estético y mental. A pesar de elegir un camino que puede ser largo y complejo de implementar, lo hace porque su objetivo es ganar. No a cualquier precio, pero ganar al fin.