La Justicia investiga los mensajes enviados a grupos de WhatsApp vinculados a la agrupación Revolución Federal y a su referente, Jonathan Morel, por una seguidora que escribió días antes del atentado a Cristina Kirchner: “Tengo unas ganas de usar mi 9mm”. El fiscal Gerardo Pollicita pidió que se profundice esta línea de investigación, pero el juez Marcelo Martínez de Giorgi se negó. Debido a que la causa sobre Revolución Federal está separada de la del atentado, María Eugenia Capuchetti se hará cargo de la misma.
En la captura de pantalla de un chat de Jonathan Morel que forma parte de una pericia hecha por la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal de la Procuración General de la Nación se lee a una mujer agendada como “Dali Revolución” escribió antes del atentado a Cristina Kirchner: “Yo no estoy en el grupo pero contá conmigo la actividad bala tengo unas ganas de usar mi 9mm”.
Además, en la pericia se encontraron otros tres mensajes enviados por la misma persona haciendo alusiones al arma de fuego. El 22 de julio del año pasado, Dali escribió en un grupo de WhatsApp en respuesta a un video donde un grupo de personas amenazaba de muerte a Cristina Kirchner: “Que no es mala idea tengo una 9mm cualquier cosa me avisan”.
El 25 de julio, en un grupo como respuesta a una convocatoria de Sabrina Basile para ir a La Rural el 30 de julio a defender al campo, la mujer envió: “Tengo una 9mm y el mástil de la bandera (el consolador de la Cerruti) y tengo gas pimienta”. Exactamente un mes después, como respuesta a un video de Cristina Kirchner llegando a su domicilio, Dali escribió: “Una granada ahí (...) Mi límite es la 9 mm que tengo”.
El argumento del juez Marcelo Martínez de Giorgi
Martínez de Giorgi recordó que el mensaje ya fue considerado en el informe correspondiente al análisis del contenido del celular de Jonathan Morel efectuado por la PSA, incorporado al Sistema Informático con fecha 19 de diciembre de 2022. “La Cámara Federal porteña ya ha zanjado la cuestión relativa al contenido discursivo de los mensajes intercambiados por los imputados y terceras personas, a lo que se suma que se trata en este caso concreto de manifestaciones vertidas en una conversación privada”, agregó el juez.
