El Vaticano comenzó a hacer los estudios previos para organizar la visita del Papa Francisco a la Argentina, y se estima que sería en los primeros meses del año que viene, luego de que terminen las vacaciones de verano. Además, el viaje incluiría en su itinerario el paso por Uruguay y el sur de Brasil, probablemente en San Pablo y el cercano santuario de la Virgen Aparecida.
La secretaría de Estado del Vaticano estima que antes de fin de año anunciará oficialmente la visita, fecha y detalles del programa. Esto se dio luego de que Francisco dijera en reiteradas ocasiones a medios argentinos que su intención era venir al país con motivo del décimo aniversario de su pontificado.
El Sumo Pontífice afirmó que se había proyectado su visita a Argentina para fines de 2017, y que iba a repetir el periplo de Juan Pablo II en 1987 (incluyendo a Uruguay y Chile). Sin embargo, esto se frustró debido a que en diciembre de aquel año había elecciones en el país trasandino, y normalmente el Papa no viaja a países inmersos en procesos electorales. Además, dijo que enero era un mal mes para venir por su tiempo de vacaciones. “Así que visité Chile y Perú”, indicó.
Incluso, la secretaría de Estado del Vaticano le desaconsejó viajar a Argentina porque consideraba que había caído en la grieta, ya que se le adjudicaba simpatizar con el kirchnerismo. Por esta razón, todo lo que hiciera o dijera sería motivo de controversia. Como conclusión del Vaticano, su visita en vez de ser una contribución a la unidad de sus compatriotas iba a generar polémica.
El Papa Francisco anunció una misión de paz para Ucrania
El Sumo Pontífice encomendó al cardenal Matteo Zuppi la tarea de “dirigir una misión, de acuerdo a la secretaría de Estado, para ayudar a aliviar las tensiones en el conflicto de Ucrania, con la esperanza nunca renunciada por el Santo Padre, de que esto pueda poner en marcha muchos caminos de paz”.
Esto se suma a las múltiples declaraciones de Francisco en las que pedía por un espacio de diálogo entre rusos y ucranianos, aunque siempre desde una postura de neutralidad abiertamente reconocida. Sin embargo, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, respondió que “no puede haber igualdad entre la víctima y el agresor”, y le pidió al Papa que condene los crímenes de Rusia.
