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Columnistas

Por qué se producen los sofocos en la menopausia y cómo aliviarlos

sofocos en la menopausia

Antes de cumplir 50 ya venía escuchando sobre las molestias de los “calores” en la menopausia. No había amiga que estuviera pasando por esa etapa que no se quejaran de sus sofocos. En las reuniones comentaban de que eran muy molestos y no sabían qué hacer frente a los mismos.

Las Mujeres 5.0 ya sabemos que, en la menopausia, la mayoría atravesamos esta incomodidad “acalorada” de forma tranquila y paciente. Sin embargo, para otras es realmente molesta y lleva a estados de estrés, irritación, falta de sueño, sudor frío, sudores nocturnos, transpiración excesiva y demás.

Pero, ¿qué son esos famosos sofocos en la menopausia?

Los síntomas de la menopausia son diversos y muy variables. Uno de los más comunes son los sofocos, los cuales aparecen de repente como una sensación de calor y ansiedad. Esto es producido por una suba del flujo sanguíneo de la piel del cuello, cara y tórax, acompañado de sudoración y palpitaciones.

Los sofocos son causados ​​por cambios en los niveles de estrógeno, lo cual afecta la capacidad del cuerpo para regular la temperatura. Se siente como una descarga de calor, desde el pecho hasta el cuello o viceversa, y puede durar entre 30 segundos y 30 minutos. Dato no menor: alrededor del 70% de las mujeres los experimentarán durante la menopausia.

Pero a no preocuparse, en este artículo nombraremos algunos consejos útiles desde el bienestar para poder a lidiar con ellos.

Vamos a diferenciar dos tipos de sofocos distintos. Los diurnos y los nocturnos. La frecuencia de los mismos a lo largo del día es variable, y es habitual que aparezcan también durante la noche.

Los sofocos nocturnos son similares a los diurnos, pero la diferencia está en que cuando se dan durante la noche, pueden provocar alteraciones del sueño. Además, hace que su aparición contínua durante la noche despierte a la mujer y dificulte el sueño diariamente. Es aquí donde aparece la queja en las reuniones de mis amigas: la alteración del sueño debido a los sofocos es un reclamo frecuente en las mujeres durante la menopausia. El insomnio provoca malestar, estrés, irritación, cefales, labilidad emocional y dificultad de concentración, por lo que termina generándose un cambio negativo en la calidad de vida.

¿Por qué se producen?

Entonces: los sofocos se deben al propio desequilibrio hormonal de la menopausia, etapa caracterizada por la disminución de los niveles de estrógenos y progesterona. La reducción de estrógenos pude alterar el funcionamiento normal del centro termorregulador del cuerpo, localizado en el hipotálamo. El mal funcionamiento de este centro termorregulador hace que se eleve la temperatura corporal y, paso seguido que se intente disminuirla, se produce una vasodilatación que se muestra como aumento de la temperatura en la piel, enrojecimiento y sudoración.

Son molestos, es cierto. Los calores súbitos son incómodos y pueden durar muchos años. Algunas mujeres encuentran que interrumpen sus vidas cotidianas. Mientras más temprano en la vida empiezan los calores súbitos, más tiempo podrían padecerse.

La investigación científica descubrió que las mujeres afroamericanas e hispanas padecen de calores súbitos por más años que las mujeres blancas y asiáticas. Esto se debe a un estilo de vida y alimentación. Además, una dieta mediterránea rica en aceite de oliva, otras ricas en vegetales y soja disminuye los síntomas.

El índice de masa corporal influye significativamente, siendo más comunes los sofocos en las mujeres obesas por la mayor dificultad para dispersar el calor.

Como recordamos en cada artículo de Mujeres 5.0, el estilo de vida saludable es esencial en esta etapa, ya que nos ayudará a prevenir las consecuencias de la menopausia a largo plazo. Cuando nuestra calidad de vida se ve afectada, es importante consultar con un ginecólogo especialista para que nos oriente a buscar la mejor terapia en cada caso.

Los sofocos en la menopausia impactan considerablemente en nuestro bienestar cotidiano. Esto sucede especialmente cuando son intensos, frecuentes, de larga duración o todo junto. Y son uno de los síntomas más frecuentes en la consulta médica en esta etapa.

¿Como podemos aliviar los sofocos en la menopausia?

Desde una mirada macro, los especialistas recomiendan: mantener las estancias bien ventiladas, intentar no pasar por cambios bruscos de temperatura o vestirse con varias capas (la famosa cebolla) son medidas que pueden ayudar a prevenir o afrontar el sofoco. Deben evitarse el alcohol, el cigarrillo, las comidas calientes y especialmente las picantes, porque actúan como desencadenantes.

Desarrollar una vida social e intelectual estimulante y el ejercicio físico constante ayudan a prevenir los sofocos y diversas patologías que aparecen en esta etapa, como la osteoporosis y la enfermedad cardiovascular .

Aunque les perezca una locura, la respiración es fundamental

Hablamos de una respiración profunda: la respiración de relajación y la respiración rítmica (lenta, profunda y diafragmática) es un método totalmente saludable para reducir el estrés. Implica inhalar profundamente y exhalar a un ritmo determinado, contínuo, profundo y lento.

Hacemos esto por varios minutos mientras estamos en una posición cómoda. Inhalamos lentamente por la nariz y luego exhalamos lentamente por la boca, este ejercicio se puede hacer casi en cualquier lugar, varias veces durante el día y logra que el estrés desaparezca. También podemos probar esto si sentimos el comienzo de un calor súbito o si necesitamos relajarnos antes de dormir.

¿Y las hormonas?

Algunas mujeres deciden tomar hormonas para tratar los calores súbitos. Una hormona es una sustancia química producida por un órgano como la glándula tiroides o el ovario. En la menopausia, los ovarios comienzan a trabajar cada vez menos y con menos eficacia, y la producción de hormonas como el estrógeno y la progesterona disminuye con el tiempo. La terapia hormonal estabiliza los niveles de estrógeno y progesterona en el cuerpo. Es un tratamiento muy efectivo para los sofocos, ¡pero atención! Hay riesgos asociados su uso. Los riesgos varían según la edad de la mujer y se deben consultar con un médico antes de tomarlas.

Por último, les cuento que en mi caso son bastantes leves, pero igualmente les recomiendo algunos trucos que realizo para que no lleguen a ser molestos:

  • Agua, chicas, tomen mucha agua siempre. Lleven una botellita de agua con ustedes a todos lados.
  • Ropa holgada y cómoda. Basta de aplastarnos el cuerpo por la moda cuando nos estamos “muriendo” de calor.
  • Si les gusta comer y beber, háganlo, pero un poco menos alcohol, menos comidas picantes y calientes. Coman más soja, aceite de oliva, pescado y menos sal.
  • Ejerciten el cuerpo que es nuestro santuario, pero siempre con actividades que les gusten, sino no las van a cumplir a largo plazo.
  • Meditación en todas sus formas.
  • Y por último, ríanse de los calores, es algo esperable que pasa rápido. Expóngalo en una reunión, hagan humor de esta situación. Yo he contado de mis sofocos en plena entrevista televisiva. ¡Que aprendan!