China busca ocupar un rol de mediador entre Ucrania y Rusia a partir de una llamada telefónica entre Xi Jinping y Volodimir Zelenski, en un gesto de acercamiento con occidente que busca mejorar sus relaciones con Europa y Estados Unidos.
La conversación entre el líder de la potencia mundial asiática llegó a partir de la gestión realizada por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el español Pedro Sánchez para que Xi atienda el teléfono.
Además, se realizó pocos días después de que Lu Shaye, el embajador de China en París, cuestionase la soberanía ucraniana sobre Crimea, la península dominada por Rusia desde el 2014 pero reclamada de forma permanente por el estado ucraniano. Sus declaraciones generaron un conflicto diplomático que desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de China debieron resolver esa misma semana.
No son pocas las voces de Europa que pidieron que China intervenga, por sus buenas relaciones con el gobierno de Vladimir Putin, en la guerra en Ucrania y colabore con el final de ese conflicto. Ucrania esperaba tener esta conversación hace meses, sobre todo a partir de la visita de Xi a Moscú en marzo, donde le presentó a Putin su plan para llegar a la paz.
El plan de China se basa en dos puntos, aparentemente contradictorios: por un lado, respetar las "legítimas preocupaciones de seguridad" rusas, mientras se conserva la "integridad territorial de los países", incluida Ucrania.
La mediación china en la guerra Ucrania busca cimentar el rol del gobierno Xi Jinping en la arena internacional, y las llamadas de Xi, que comenzó a pivotear entre Putin y Zelenski, sugieren que en China creen poder tener éxito.