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Estudiantes de la facultad de Humanidades dejan una silla vacía denunciando la falta de justicia para Lucía Maidana

En la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) los estudiantes dejaron una silla vacía para denunciar la falta de justicia para la alumna Lucía Maidana, víctima de femicidio en 2013.

Los pasillos de la facultad dicen "cuando entres al aula recordá que nos falta Lucía", denunciando que se cumplen 10 años de impunidad por su femicidio. Los estudiantes decidieron dejar una silla vacía con útiles, el lugar que ocuparía Lucía, en señal de protesta.

Femicidio de Lucía Maidana

El 6 de abril de este año se cumplieron 10 años de impunidad para el violador y femicida de Lucía, cuya muestra de ADN está disponible pero nunca fue identificada porque no hay ninguna otra prueba para vincularlo y esclarecer su identidad.

El ADN apareció en escenas de otros 3 ataques sexuales contra jóvenes estudiantes, por lo que se trata de un violador serial, además de femicida. Las víctimas de violación, dos en 2016 y una en 2018, son estudiantes que tienen el mismo perfil que Lucía. El modus operandi es el mismo: golpes que las dejaban inconscientes seguidos de agresión sexual.

El crimen de Lucía ocurrió en 2013, cuando la estudiante de Comunicación Social y Gastronomía tenía 23 años. Se calcula que fue entre las 21:30 y las 22:30 del 6 de abril. Se detectó un incendio que provenía de su habitación, que se aclaró que fue intencional para borrar pruebas y huellas.

Los forenses detectaron que se trató de un femicidio y una agresión sexual. En la escena faltaba la notebook de Lucía, lo único que el femicida se llevó del lugar. El objeto que utilizó para golpearla tampoco se encontró. La puerta de entrada al departamento no tuvo señales de que haya sido forzada, por lo que se cree que el femicida tenía un vínculo con Lucía.

Nicolás Sotelo, único sospechoso

Se trata de un exinquilino del mismo predio en donde estaba ubicado el departamento de Lucía, pero que se había mudado 50 días antes del hecho. Sotelo en ese momento era estudiante de Antropología. Se estableció como sospechoso a raíz de desencuentros mantenidos con Lucía y con su hermana, Felicitas. El caso fue detallado y recapitulado por La Voz de Misiones.

La prueba se constató con su ADN y dio negativa, por lo que se descartó como sospechoso, pero el testimonio de un testigo fue clave para revincularlo: El testigo declaró que lo vio a Sotelo arrojar, desde la Facultad de Humanidades (sobre calle San Lorenzo) hacia un edificio ubicado enfrente, las llaves de Lucía.

Cuando la Policía realizó la búsqueda, encontró un manojo de llaves que abría la puerta del departamento de Lucía. Las nuevas hipótesis colocaban a Sotelo como posible autor intelectual, instigador o facilitador del crimen, pero esa línea investigativa nunca prosperó y fue desvalorizada a raíz de la falta de otros elementos que la demuestren.

El Juzgado de Instrucción Uno, a cargo del magistrado Marcelo Cardozo, dictó una falta de mérito en favor de Sotelo pero todos los pedidos de sobreseimiento fueron rechazados.

Felicitas, la hermana de Lucía, declaró: “Para mí la persona que vuelve a replicar estas cosas tan atroces está en la Facultad. Para mí no es descabellado pensar que haya fijado su mirada en cada gurisa que haya salido de la Facultad. Todos tienen un mismo patrón, entonces no debería ser tan complicado la investigación”.

La investigación se volvió a repasar gracias a la presión de la familia y las movilizaciones sociales, como Ni una menos, que reclaman desde 2013 su esclarecimiento, seguido de un pedido de justicia.

En 2020 apareció una nueva pista, un mensaje en redes sociales que fue despectivo contra Lucía y que hizo que la policía cibernética comenzara a estudiar todas las líneas telefónicas que impactaron en antenas cercanas a las escenas de los hechos, en días y horarios próximos a los cuatro delitos cometido.

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