El lanzamiento de cohetes desde la franja de Gaza y el Líbano a Israel, junto a un segundo allanamiento por la policía israelí de la mezquita al-Aqsa en apenas dos días, generan miedos por una posible escalada de violencia en un momento sensible, con festividades religiosas judías e islámicas.
En la tarde del jueves, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) comunicaron que se produjo la andanada de misiles desde territorio libanés desde la guerra del 2006. La mayoría de los 34 proyectiles fueron interceptados, pero se produjeron dos heridas menores y un incendio.
Aún nadie se atribuyó la responsabilidad de los ataques, pero los lanzamientos llegaron apenas horas después de que Hezbollah, grupo terrorista con apoyo iraní pero que opera desde Líbano, dijera que apoyaría "todas las medidas" de los palestinos para defender la mezquita al-Aqsa.
La crecida de violencia arrancó durante Ramadán, un mes sagrado para el islam, y al comienzo de Pesaj, una de las festividades judías más importante, luego de un año de tensiones crecientes en el conflicto israelí-palestino. Además, estos enfrentamientos traen ecos de los del 2021, cuando una serie de movilizaciones y represiones en al-Aqsa durante Ramadán dieron comienzo a una guerra de 11 días entre Israel y Hamas.
Un funcionario del ejército israelí afirmó que todavía están analizando "la dinámica de lo que pasó esta tarde", pero que trabajan asumiendo que el ataque proviene Ide agentes palestinos. Además, están mirando con atención el comienzo del fin de semana, donde el fervor religioso puede generar un aumento en la violencia.
Según informó The Guardian, testigos del sur del Líbano aseguraron que los sitios de lanzamiento de misiles fueron golpeados por proyectiles israelíes en segundos. El ejército de Israel, mientras tanto, afirma que aún no respondió a los ataques.
