“En Argentina nací,
tierra del Diego y Lionel,
de los pibes de Malvinas
que jamás olvidaré”.
El año pasado Argentina salió campeón por tercera vez del Mundial masculino de fútbol gracias a los goles de Lionel Messi, las atajadas de Dibu Martinez y para muchos, por un tema que recordaba anhelos, frustraciones, a Maradona y el exorcismo en el Maracaná. A 40 años de la Guerra de Malvinas también le cantaba a los ex combatientes, en su mayoría chicos muy jóvenes, que tuvieron que pelear contra uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Esos soldados se hicieron visibles para muchas chicas y chicos que comenzaron a preguntarles a sus padres quienes eran esos pibes y por qué no había que olvidarlos.
“Yo no tengo familiares o conocidos que hayan peleado en la guerra. Mi papá de hecho es del ´62, la camada que fue a Malvinas, pero se salvó por número bajo. Él y mi mamá me hablaron siempre con mucho respeto y amor de ellos. Para mí son héroes ”, le cuenta a Diario Con Vos Fernando Romero, autor de “Muchachos”, la canción que ofició como banda de sonido del título en Qatar que tanto hinchas como jugadores cantaron sin parar. Familiares de ex combatientes le han enviado imágenes de medios británicos donde los periodistas se quejaban de como hinchada metía temas políticos en las canciones. Incluso lo entrevistaron de un medio británico, pero no le preguntaron por la guerra.
Romero es profesor nacional de Ciencias Sagradas, docente de Formación Religiosa y Teología y por sobre todas las cosas, hincha de Racing. En 2003 La Mosca editó el disco “Tango latino” que abre con el tema “Muchachos, esta noche me emborrachó”. La hinchada de La Academia la reescribió y brama partido a partido “Muchachos, traigan vino juega la acade; que esta banda esta de fiesta; y hoy no podemos perder”. Él se encargó de la adaptación de la adaptación.
En 2021 tras la Copa América el periodista de TyC Sports Matias Pelliccioni realizó una convocatoria en redes sociales para que los hinchas escribieran canciones para el seleccionado. Fernando lo contactó, se encontraron en la previa del partido con Bolivia por Eliminatorias y plantaron la semilla del hit que explotó en el Mundial. Si bien toca la guitarra en las misas de la iglesia Sagrada Familia, apenas había escrito una canción para un retiro espiritual, pero cuando hilvanó el comienzo tardó menos de 15 minutos en formatear “Muchachos”. Los músicos de La Mosca lo llamaron, le anotaron en los créditos de la nueva versión y formó parte del video de la canción.
El tema le permitió cantar en los festejos antes del partido contra Panamá y ser uno de los oradores en el acto que Conmebol organizó para los campeones mundiales.
“Me llamaron varios ex combatientes para agradecerme por la canción y que la gente los reconozca. Incluso los de Hurlingham, donde vivo, me invitaron a comer un viernes, que es cuando se juntan y me regalaron un libro. Se sintieron mimados por el tema. Para ellos Malvinas está muy vinculado con el fútbol y con Maradona por el Mundial 86”. Si bien en la previa de ese partido mítico los futbolistas no quisieron vincularlo con la guerra, en 1996 en un especial que hizo la revista El Gráfico por los diez años del título en México, Maradona reconoció que jugaron pensando en los soldados. Diego, que antes de partir a España, fue parte junto con el plantel de Las 24 horas de las Malvinas, el programa ómnibus que usaron los represores para convocar famosos, juntar dinero y donaciones que se robaron y que nunca llegaron a los soldados.
La vinculación de Malvinas y el fútbol es enorme. Primero porque el desembarcó en las islas comenzó el 2 de abril, dos meses antes de que comenzara el Mundial de España, donde Argentina defendía el título. El seleccionado de Cesar Menotti debutó el 13 de junio contra Bélgica con derrota 1-0 y al día siguiente la Dictadura se rindió. Años después germinó el canto malvinero por excelencia de las canchas argentinas: “el que no salta es un inglés”.
Osvaldo Ardiles fue sin duda el que peor la llevó durante el torneo porque jugaba en Tottenham y era el único del plantel en Inglaterra. Antes de sumarse al equipo disputó las semifinales de la FA Cup contra el Leicester el 3 de abril, un día después de la invasión. Mientras los hinchas rivales los silbaban, los propios gritaban “Argentina, Argentina”. De hecho colgaron una bandera que decía. “Argentina se puede quedar con Las Malvinas, nosotros nos quedamos con Ossie”.
Sin embargo tenía otro motivo de angustia porque que su primo José Leónidas Ardiles era piloto de la Fuerza Áerea. El 1 de mayo, el día del bautismo de fuego de la aviación nacional, murió en combate cuando su Dagger C-433 fue derribado sin dejar rastros. Durante mucho tiempo la familia buscó información sobre qué había pasado e incluso el padre del teniente Ardiles viajó al Reino Unido gracias a su sobrino, pero no obtuvo información de las autoridades británicas, que lo recibieron en la sede del Foreign Office, la cancillería.
La situación cambió cuando a Osvaldo le llegó una carta de Bertie Penfold, el piloto inglés que con su Sea Harrier había derribado el avión de su primo. “Una carta muy linda, muy larga. En la que me decía lo que había pasado. El había visto explotar el avión, así que no había posibilidad de que él hubiera sobrevivido”, así lo contó en White, Blue and White, el documental de ESPN por el cual viajó a las islas y fue al cementerio de Darwin donde visitó las tumbas de los soldados caídos.
El partido que se jugó cuatro años después fungió como una suerte de bálsamo por la victoria y la manera: un gol con la mano y una genialidad fuera de contexto. Pero durante la guerra hubo otro Argentina-Inglaterra, de menor repercusión, en Portugal donde el seleccionado masculino de hockey sobre patines, también vigente campeón, goleó 8-0 a los ingleses por la zona de grupos.
El presidente del Consejo Federal de AFA, Juan Domingo Propato afirmó que incorporarían a las islas a la AFA, se barajó la chance de jugar un Superclásico ahí y la revista Goles hizo una tapa de Eduardo Saporiti y Héctor Córdoba con un mapa de Malvinas de fondo promocionando el partido.
Se estima que una docena de jugadores fueron conscriptos, de los cuales Omar De Felippe es el más conocido y junto con Luis Escobedo los que tuvieron las carreras más largas. Juan Gerónimo Colombo llegó a Estudiantes de La Plata de la mano de Carlos Bilardo a fines de marzo de 1982, pero casi no pudo entrenar ya que el 15 de abril llegó a Puerto Argentino. Estuvo detenido en el buque Canberra y relató que la manera de vincularse con los soldados británicos fue el fútbol. En el lugar donde los argentinos retiraban la comida habían colocado fotos de Villa y Ardiles con la camiseta del Tottenham a modo de camaradería.
El domingo se conmemora un nuevo aniversario de una guerra donde murieron 649 soldados argentinos y un número similar se quitó la vida en los años subsiguientes producto del abandono que sufrieron por parte del Estado y la sociedad. Será también el primero luego del Mundial de Qatar, donde gracias a una canción volvieron a tener el reconocimiento que merecen.