Hoy se cumplen 10 años del incendio en el taller clandestino Luis Viale, en el barrio de Caballito, que dejó 3 muertos y 64 heridos de entre las personas que trabajaban y vivían ahí en condiciones de explotación. Los sobrevivientes y allegados de las víctimas reclaman que el lugar sea expropiado para convertirlo en un espacio de Memoria, como se hizo con Cromañón.
El taller textil clandestino se incendió en 2006 por una falla eléctrica en el primer piso, donde estaban las "habitaciones" de los trabajadores y sus familias, con camas separadas entre sí por cortinas de tela, nylon y cartón.
La sobreviviente del incendio Lourdes Hidalgo (56) sostuvo, "queremos que estas muertes no queden en el olvido, invisibilizadas producto del racismo. Nosotros fuimos migrantes que vinimos a la Argentina en busca un trabajo digno, nos obligó la necesidad y acá nos encontramos con mucha discriminación por ser quechuas o aymaras", en diálogo con Telam.
Hoy desde las 12:00 se está llevando a cabo el "Festival de Resistencia", cuyo pedido principal será la "expropiación" y la "repatrimonialización". En 2021 el inmueble de Viale fue señalizado con una placa votada por la Legislatura por los 10 años del incendio, que fue vandalizada y está pendiente de reposición.
Nosotros fuimos migrantes que vinimos a la Argentina en busca un trabajo digno, nos obligó la necesidad y acá nos encontramos con mucha discriminación por ser quechuas o aymaras
Lourdes Hidalgo, sobreviviente
Las víctimas fueron Juana Vilca Quispe, de 25 años, que estaba embarazada, Elías Carbajal Quispe (10), Rodrigo Quispe Carbajal (4), Wilfredo Quispe Mendoza (15), Luis Quispe (4) y Harry Douglas Rodríguez Gómez (3). El taller fue habilitado en 2001 para que funcionaran 5 máquinas bordadoras. En 2006 había 30 máquinas que cosían sin parar pantalones de jean. Las jornadas de trabajo eran de 14 y 16 horas, la paga solía atrasarse de 3 a 6 meses.
"Yo había empezado a trabajar en Viale tres meses antes del incendio porque necesitaba ahorrar para regresarme a mi país. Ahí se trabajaba muchas horas y en pésimas condiciones. Cuando se cumplió el primer mes, pedí mi paga y me dijeron que pagaban cada 3 meses, así que ya no pude pagar la pieza que alquilaba y tuve que aceptar el ofrecimiento de vivir ahí mismo, era la estrategia que tenían para retener los trabajadores”, agregó Lourdes.
En 2016, Juan Manuel Correa y Luis Sillerico Condori, que contrataban a los costureros, controlaban el trabajo y pagaban fueron condenados a 13 años de cárcel por el Tribunal Oral Criminal n° 5 por “reducción a la servidumbre”. En 2019 el Juzgado Criminal y Correccional n° 27 absolvió a Jaime Geiler y Daniel Fischberg, propietarios del inmueble, proveedores de las materias primas y dueños de las marcas que compraban toda la producción del taller.