Nada más lindo que salir de la ducha y secarse con una toalla limpia o irse a dormir entre sábanas recién puestas. Más allá de estos placeres simples, el lavado de las sábanas y las toallas debe realizarse más frecuentemente de lo que muchos creen, ya que pueden acumular bacterias, gérmenes, células muertas y otros microorganismos que son invisibles, pero que están y pueden traer problemas de salud. Pero... ¿Cuándo una sábana o una toalla está sucia?

Según los expertos, es aconsejable lavar las sábanas una vez por semana o, como mucho, cada dos semanas, aunque esta frecuencia puede variar por distintas razones: si hay chicos en la casa, cuando las temperaturas son muy altas o se duerme sin ropa, deberían cambiarse cada tres o cuatro días; además, aquella ropa de cama utilizada por una persona enferma debería ser lavada hasta diariamente. También es importante ventilar la cama todos los días para mantenerla limpia por más tiempo.

En cuanto a las toallas, la frecuencia del lavado dependerá de para qué las utilicemos. Se trata de telas gruesas que acumulan humedad, por lo tanto, es importante secar bien los toallones después de cada uso, de ser posible al aire libre para ventilarlas. Siguiendo este consejo, se deben lavar cada tres o cuatro usos.

En cuanto a las toallas de mano, que se usan más frecuentemente, se recomienda cambiarlas cada dos o tres días, lavándolas a altas temperaturas y secándolas al aire libre para lograr una desinfección e higiene segura. Además, es importante prestarle atención al olor a humedad. Si se detecta esto incluso antes del tiempo de recambio recomendado, es hora de lavarla.

Es importante seguir estos consejos en cuanto al lavado de sábanas y toallas si queremos mantener nuestro hogar limpio y libre de bacterias y cuidar nuestra salud y la de nuestra familia.