Ricardo Jaime fue finalmente liberado este sábado por la madrugada, tras pasar casi siete años preso por varios delitos de corrupción. Fue el primer funcionario kirchnerista en ser condenado por esta clase de crímenes y el último en ser liberado, y la decisión se apoyó en su estado de salud y en la falta de avances en la causa de los Cuadernos.
Ricardo Jaime salió en libertad este sábado a las 4 y media de la madrugada con gran disimulo, para que no salieran a la luz imágenes de su liberación. La decisión fue del Tribunal Oral Federal número 7 que lleva adelante la causa de los Cuadernos: el miércoles pasado, los jueces Germán Castelli y Enrique Méndez Signori resolvieron por mayoría no renovarle la prisión preventiva, mientras que Fernando Canero votó en disidencia dado que había propuesto que se le diera domiciliaria.
La liberación del exfuncionario responde a un pedido de sus abogados, quienes argumentaron que su salud había empeorado. En respuesta, los jueces pidieron un informe médico al Servicio Penitenciario Federal y confirmaron lo apuntado por los defensores. Según el SPF, Jaime padece “hipertensión arterial esencial, es ex tabaquista, padece de hipotiroidismo subclínico, hiperglucemias, un nódulo benigno en el pulmón, un carcinoma basocelular lobulado y una depresión reactiva”. Además, los magistrados sostienen que el juicio no va a empezar en lo inmediato y que el detenido no tenía forma de interferir en la investigación.
Ricardo Jaime fue secretario de Transporte del kirchnerismo y permanecía en el penal de Ezeiza desde 2016, aunque después de su detención recibió nuevas condenas. En total, el exsecretario fue condenado en seis ocasiones, dos de las cuales ocurrieron durante el tramo final del gobierno de Cristina Kirchner. La tercera vez fue por considerárselo responsable por la tragedia de Once, según una decisión judicial que se tomó cuando ya gobernaba Macri.
Durante la gestión de Alberto Fernández recibió tres nuevas penas por enriquecimiento ilícito, administración fraudulenta y cobro de coimas en la compra de trenes chatarra a España y Portugal. Además, fue encontrado responsable de aceptar una coima de parte de la empresa Alstom cuando se pusiera en funcionamiento el nunca concretado Tren Bala. Ahora Jaime deberá usar una tobillera electrónica, tiene prohibida la salida del país, se le retiró el pasaporte y está obligado a informar si se cambia de domicilio o si se aleja a 70 kilómetros de su lugar de residencia.
