Las relaciones bilaterales entre Argentina y Ecuador quedaron fracturadas por la huida a Venezuela de María de los Ángeles Duarte, exministra de Rafael Correa, que había sido sentenciada a ocho años de cárcel por corrupción y que tenía asilo político en la Embajada argentina.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, declaró persona no grata al embajador de Argentina en Ecuador, Gabriel Fucks, y le exigió que abandone Quito en un plazo máximo de 72 horas. En respuesta a esta “incomprensible decisión”, el gobierno de Alberto Fernández solicitó ayer el retiro del representante diplomático de Ecuador en Buenos Aires, Xavier Alfonso Monge Yoder.
“Se ha decidido adoptar, por nuestra parte, la misma situación con respecto al embajador ecuatoriano en Argentina”, señaló anoche Cancillería. A través de un comunicado oficial, sostuvo que “el Gobierno argentino ha tomado con sorpresa y profunda tristeza la decisión de Ecuador de escalar el desacuerdo existente respecto a la situación de la señora María de los Ángeles Duarte Pesantes y llevarlo a nivel de perjuicio en la relación bilateral”.
La cartera que encabeza Santiago Cafiero indicó que “más allá de las diferencias puestas de manifiesto tras el pedido de asilo diplomático” de Duarte “por la parte argentina”, y después del “rechazo a la concesión de dicho estatus y el consiguiente salvoconducto por las autoridades ecuatorianas”, era de “público conocimiento” que la exfuncionaria “continuaba alojada en la legación argentina”. Sin embargo, el Palacio San Martín informó que la exministra de Correa “había abandonado el predio de la Embajada sin consulta ni previo aviso a ninguna autoridad argentina”.
A su vez, aclararon que esta situación “fue reconocida por comunicados oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana ecuatorianos emitidos ese mismo día”. En este sentido, Cancillería criticó “la inoperancia de las autoridades ecuatorianas” que permitió que la exfuncionaria “haya podido circular por Ecuador y partir de ese país hacia el extranjero eludiendo los sistemas de control dispuestos alrededor de la residencia”.
Cabe destacar que, sin salvoconducto diplomático garantizado por el gobierno de Lasso, la exministra Duarte podría ser encarcelada cuando saliera de la embajada de Argentina. La exfuncionaria se escapó el pasado sábado de la residencia diplomática esquivando a las fuerzas de seguridad ecuatorianas que controlaban los accesos, se tomó un avión a Venezuela y se presentó en la embajada argentina en Caracas.