Luego de que el gobierno de Francia, encabezado por el presidente Emmanuel Macron y la primera ministra Élisabeth Borne, forzara una reforma al sistema previsional que aumenta la edad de jubilación mediante una suerte de decreto del ejecutivo, varios diputados de la oposición presentaron una moción de censura contra el gobierno. De aprobarse, esta disolvería el gobierno actual, archivaría la reforma propuesta y obligaría a elegir nuevos líderes.
El grupo Liot, políticamente centrista, encabezó una moción de censura en la Asamblea Nacional, la cámara baja del poder legislativo francés. Esta propuesta contó con las firmas del NUPES, la coalición de izquierda más importante. De conseguir el apoyo de la derecha que dirige Marine Le Pen y algunos partidos pequeños más, podría aprobarse.
"Votar esta propuesta -dijo Bertrand Pancher, el jefe del bloque Liot- nos va a permitir salir por arriba de una crisis política profunda". La moción de censura llega mientras las calles de París y las principales ciudades de Francia se llenan de manifestantes, con piquetes y huelgas masivas contra la utilización del artículo 49.3 de la constitución francesa, la herramienta utilizada por el gobierno para aprobar la reforma jubilatoria.
Las manifestaciones de la noche del jueves dejaron más de 300 detenidos en Francia, incluyendo a 258 personas en París, según contó el ministro de Interior, Gérald Darmanin. Se produjeron choques con la policía, incendios y saqueos por toda Francia. Además, varios diputados oficialistas pidieron seguridad adicional, ya que tienen miedo de ser atacados por los manifestantes.
Mientras tanto, los sindicatos franceses preparan nuevos paros y acciones de protesta. Uno de los más llamativos es el del gremio de recolectores de basura de París, que hace semanas están en huelga. Por lo tanto, la ciudad del amor está llena de basura.
