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Columnistas

Preguntas de un alumno tras la clase de Cristina

La nueva aparición de Cristina Kirchner el viernes en la Universidad Nacional de Río Negro tenía como siempre un montón de contexto que la convertía en noticia. 

Hablaría después de que salieran los fundamentos de la condena en primera instancia por corrupción; se da en el marco de la denuncia de proscripción que hacen sus militantes que al mismo tiempo tratan de convencerla de que se presente como candidata; y también ocurriría luego de supuestas declaraciones del presidente Alberto Fernández sobre que aspira a terminar con 20 años de kirchnerismo, en lo que preanunciaba el enésimo capítulo de una interna que es sello de esta administración. El cóctel más o menos de siempre.

Pero como además desde el larguísimo título se esperaba que abundara también en conceptos sobre economía, y al presentarse como una “clase magistral” en el auditorio de una universidad, me predispuse a tomar notas y pensar preguntas que le hubiera hecho como a cualquier profe en una facultad, para tratar de entender mejor lo que explicaba, e incluso cuestionar lo que me aparece como inconsistencias, desde el desparpajo de un periodista que ni siquiera es economista, dirigidas a una persona que ya lleva cuatro gobiernos en el poder y es referencia de una porción del electorado.

Señora vicepresidenta, acá van:

- Sobre el salario al final de 2015.

Es indiscutible que uno de los problemas centrales de la actualidad es la pobreza de los salarios que incluso cobran los trabajadores del sector privado registrado. Y que mejorarlos asoma como imperante para cualquier política económica. Tiene razón, además, cuando dice que no se le puede apuntar al ingreso de la población la responsabilidad por el aumento generalizado de los precios. Firmo.

Pero en ese marco, usted recuerda que al término de su gestión, en 2015, “la Argentina tenía el salario en dólares más alto de América latina”. Es uno de los hits dentro del Frente de Todos, que se levanta como bandera y se señala como un punto al que hay que volver. De hecho, ya casi es un lugar común.

Eslógan. La vicepresidente resaltó que su administración dejó el salario más alto de América latina. ¿Era sostenible?

Aunque sea una herejía, tengo dos preguntas sobre el tema: ¿es bueno el dato? Me explico, ¿era el salario posta en una economía que tenía un dólar oficial a 9 pesos y uno paralelo a 15? Tal vez sí, porque muchos precios se regían por el tipo de cambio de las importaciones, pero en todo caso la pregunta más amplia es: ¿era sostenible en el tiempo?

Para mí, acá está la cuestión central y la voy a desarrollar con un ejemplo de esos que meten los que levantan la mano en un foro y hablan 10 minutos antes de preguntar. Yo me fui en el 2007 en un Volkswagen 1500 modelo 1986 a hacer el camino de las Altas Cumbres en la provincia de Córdoba. Me saqué fotos arriba de todo y dije ‘mirá, lo hicimos’. Cuando volví, el auto se había fundido. El motor ya me había venido recalentado en el trayecto y yo lo iba a enfriando con algunos inventos memorables. Pero después no anduvo más. Yo podría decir hoy que en mi gestión “fui a la cima de una montaña” con el milqui. Pero pagué el costo después. 

¿No puede haber un problema ahí recurrente con el tipo de políticas que llevan rápido a una mejora del salario en dólares, si después no se pueden sostener? Nadie duda de lo justo de hacerlo, o intentarlo. Pero si te cocina un problema que lo vuelve insostenible, ¿está bien? ¿Si una política trae beneficios de corto plazo y mucho costo de mediano o largo plazo, usted qué decidiría? ¿Es todo cuestión de “nosotros los buenos” llevamos la curva allá arriba vs. “ellos los malos” que bajaron la curva a pique? ¿O puede haber algo más problemático en el fondo?

- Sobre el déficit fiscal.

En otro momento, usted mostró un gráfico de la revista The Economist en la que enumeró los países de todo el mundo que tienen déficit fiscal, es decir, que gastan más de lo que recaudan, para explicar que no se trata de una rareza que la Argentina lo tenga, y sobre todo para subrayar que no está ahí la causa de la inflación.

Déficits. Cristina mostró una lista de países con déficit fiscal para mostrar que no causa la inflación. ¿Se pueden comparar países con y sin crédito, con y sin moneda?

Pregunta: ¿es válida la comparación o habría que mirar también qué capacidad de financiamiento tiene un país para cubrir el déficit que sea? 

Dicho de otro modo: ¿es lo mismo comparar el déficit de un país que tiene crédito local e internacional a tasas razonables con uno que no lo tiene y debe apelar a la emisión monetaria para cubrirlo? ¿Las consecuencias son las mismas?

Y anticipando otro tema que usted tiene muy presente como se vio: ¿es lo mismo que haya déficit fiscal en un país con moneda que en uno sin moneda? Me explico: ¿da igual emitir para financiar el déficit si tu moneda es fuerte y la población la usa para ahorrar, por ejemplo, que emitir para cubrir el bache fiscal en un país donde la gente no quiere los pesos? 

- Sobre el déficit de cuenta corriente.

Con el mismo cuadro de The Economist, usted señaló que lo importante era ver la otra columna, donde estaban enlistados los países según su balance de cuenta corriente, es decir, según cuántos dólares le quedan después de pagar importaciones, deuda, gastos de turismo, etc.. 

Y enfatizó que ahí está lo relevante para la fortaleza de un gobierno que llegado el caso puede tener que enfrentar corridas e incluso -agrego yo- tratar de aplicar una política antiinflacionaria que requiriera momentáneamente anclar el tipo de cambio.

Esa perspectiva, ¿no la hace repensar algunos lineamientos de su gestión hasta 2015? Me refiero a dos puntualmente que me interesaría entender cómo los procesa. 

Uno: si quedarse sin dólares en la cuenta corriente deja el país tan débil, ¿tuvo sentido regalar la energía a los consumidores al punto que hubiera que gastar cada vez más divisas en importarla? 

Y la otra: ¿es inteligente exacerbar el crecimiento económico en el presente con más consumo si a la larga no hay dólares para respaldar el crecimiento de las importaciones que está asociado y se pueden venir problemas más grosos? ¿No es un tiro en el pie?

¿No hubo alguno de esos errores de cálculo en sus mandatos, que la pueden haber llevado a tener que imponer restricciones cambiarias por ejemplo? Más allá de que le tocó enfrentar la crisis de Lehman Brothers, ¿no fue un problema de su administración haber perdido los superávits comercial y fiscal con los que gobernó su marido hasta 2007, que coincidieron con una inflación de un dígito, y que con usted más que se duplicó sin pandemia ni guerra?

- Sobre la deuda y el FMI.

Es claro que la pésima gestión económica de Mauricio Macri terminó con un préstamo del Fondo Monetario Internacional que ahora se reinstaló en la Argentina como un actor central que se mete en la gestión y hasta cogobierna. No hay dudas de que le dieron un volumen de guita solo explicable por el respaldo político del gobierno de los Estados Unidos que además había que empezar a devolver una vez que hubiera dejado el poder.

Ahora bien, usted señala como crítica al acuerdo vigente que te piden que “la tasa de devaluación esté por arriba de la inflación y que la tasa de interés esté por arriba de la devaluación”.

En ese punto, ¿no te están diciendo que mantengas competitividad exportadora y que retribuyas a los ahorristas mejor que si se pasaran al dólar? En definitiva, ¿no te están pidiendo que juntes reservas y mantengas tasas positivas? O sea, ¿no te están pidiendo que hagas los deberes para tratar de tener una moneda, que deberías hacer igual aunque no estuviera el Fondo? 

Ese punto de crítica al acuerdo con el FMI no lo entiendo. Si usted dijera que te están pidiendo cambios en la legislación laboral o te marcaran ellos el ritmo de una reforma previsional, es otro punto. Incluso puede venir. Pero ahora ¿hay que renegociar el acuerdo porque para patear vencimientos te piden que tengas moneda? ¿O porque te piden que bajes los subsidios a la energía que está más cantado que Shakira con Bizarrap? Me cuesta comprender.

Y ya que está le dejo otra pregunta sobre el tema del desendeudamiento. Es obvio que si te pasas de largo con la deuda te pegás un palo. ¿Pero es negocio siempre pagar toda deuda al contado? ¿O en algún caso puede ser mejor refinanciar si las condiciones son favorables? ¿No puede ser un error consumirte dólares en pagar un vencimiento que si tuvieras acceso al crédito se podría renegociar? ¿Nunca pensó en que tal vez se estaba gastando divisas corrientes en pagar deudas cash porque no se las refinanciaban porque estaba encarando mal la política económica? ¿No ameritaría un cambio de enfoque?

- Sobre el valor de la moneda.

Como corolario, usted enfatizó también en un momento que el valor de una moneda lo da el tamaño de una economía, “y si tiene un par de portaaviones” más, en referencia a que por eso es fuerte el dólar que emite Estados Unidos. 

Pero, ¿por qué en la provincia de Jujuy los que pueden ahorran en pesos bolivianos? ¿Por qué es más fuerte que el peso argentino el guaraní paraguayo, que arrasa en los súpers de la frontera? ¿Por qué en Brasil el real se usa para comprar casas y nadie sube los precios cuando devalúan?

¿No podría pensarse que la Argentina durante sus mandatos se alejó de esos lineamientos, y aunque tuvo algunos éxitos de corto plazo se cavó la fosa para el mediano?

Dado que en líneas generales en esos países mantienen orden fiscal, pagan tasas de interés al ahorrista por arriba de la inflación, no regalan la energía, tienen dólares en el banco central, y refinancian las deudas más que pagarlas, ¿no podría pensarse que la Argentina durante sus mandatos se alejó de esos lineamientos, y aunque tuvo algunos éxitos de corto plazo se cavó la fosa para el mediano? Obvio, después hablemos del desastre que hizo Macri sobre ese contexto, pero ahora la clase magistral es suya.

Dejo acá, a modo de cierre, una frase que usted dijo a la pasada en su alocución, porque creo que un poco encierra los dilemas detrás de todas las preguntas: “El dirigente tiene que ver siempre un poco más adelante, porque tiene que dirigir a sus sociedades a lugares buenos y seguros. Eso es ser dirigente”.