Latvia le está mandando los autos confiscados a conductores borrachos a Ucrania, con el objetivo de colaborar con el esfuerzo bélico del estado que dirige Volodimir Zelensky. Ocho autos confiscados en Riga, la capital estona, van a ser los primeros en cruzar la frontera.

Estonia aprobó una ley según la cual el estado podría decomisarle sus vehículos a los conductores con 1,5 miligramos de alcohol en 100 mililitros de sangre, el triple del límite legal para manejar.

Es el primer convoy que va a enviar Estonia, que aprobó la ley para hacer esto el mes pasado. Los representantes estonios votaron a favor de transferir los autos apropiados por el estado al ejército y el sistema de salud ucranianos.

A fines del año pasado, Estonia aprobó una ley según la cual el estado podría decomisarle sus vehículos a los conductores con 1,5 miligramos de alcohol en 100 mililitros de sangre, el triple del límite legal para manejar. Este país tiene una de las peores tasas de manejo bajo los efectos del alcohol de Europa, con 3.500 casos al año, y la nueva ley llevó a un impresionante aumento en la cantidad de autos confiscados en apenas semanas, que superó rápidamente la capacidad de almacenamiento de los estados locales.

Nadie esperaba que la gente esté manejando borracha tantos vehículos.

Por lo tanto, las autoridades de Estonia decidieron entregarle 24 autos por semana a una organización sin fines de lucro que se encargará de enviar los autos a Ucrania. El fundador de la ONG en cuestión, Twitter Convoy, expresó: "Nadie esperaba que la gente esté manejando borracha tantos vehículos". En diálogo con Reuters, siguió: "No los pueden vender tan rápido como los decomisan. Por eso se me ocurrió la idea de mandarlos a Ucrania". Los primeros ocho autos enviados tienen un valor conjunto de 18.500 euros, y uno de los autos tenía una bandera rusa cuando su conductor fue detenido por manejar borracho.

Alrededor del 25% de la población de Estonia son personas de origen ruso, y su gobierno tomó rápidas medidas al comienzo de la invasión rusa sobre Ucrania para intentar impedir la llegada del relato del gobierno de Vladimir Putin a su país, quien suele hablar sobre la opresión de las personas de lengua rusa en Ucrania.