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Política

Alberto Fernández le respondió a los insultos opositores: "No hay ningún ataque ni embestida contra la Justicia"

Alberto Fernández

"Ya en 2020 convoqué a un grupo de prestigiosos juristas con el fin de que estudiaran alternativas para que, en este Honorable Congreso, se avance en las reformas que nuestro sistema judicial necesita.

El presidente Alberto Fernández dio inicio a la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional. Recibido por la vicepresidenta Cristina Kirchner, el mandatario le dedicó un párrrafo importante a la defensa del Juicio POlítico a la Corte Suprema. En ese momento, los legiosladores de la oposición -entre los cuales se destacó el diputado fernando Iglesias- se pusieron a gritar, insultar al Primer Mandatario y abuchear os distintos momentos del discurso.

"Propuse reformas para que se debatieran y se introdujeran todas las mejoras posibles.
La propuesta se aprobó en el Senado y nunca fue tratada en la Cámara de Diputados.
Así como el Poder Ejecutivo padeció la intromisión del Poder Judicial en funciones que le son propias, este mismo Congreso debió soportar la intromisión en sus prerrogativas cuando la Corte Suprema se arrogó indebidamente la facultad de disponer cómo debe este cuerpo legislativo designar sus representantes ante el Consejo de la Magistratura. La gravedad institucional que todo eso supone es mayúscula. Quiero llamar la atención de todos los argentinos y argentinas sobre esto. Si aquella reforma de la Justicia Federal hubiera prosperado y si la Corte Suprema no hubiera tomado por asalto al Consejo de la Magistratura, hoy Santa Fe no estaría padeciendo la carencia de tribunales que impiden enjuiciar con rapidez al crimen organizado que se ha expandido en su territorio.
¿Quiénes son los responsables de que el Consejo de la Magistratura no funcione hace un año? ¿Quiénes atropellan a las instituciones republicanas?
Lamentablemente, el accionar de los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, nos llevó a presentar un pedido de juicio político ante la Cámara de Diputados que decidirá si los acusa ante el Senado. Cualquier argumento que sostenga que el reclamo es violatorio de la República o del Estado de derecho, es falso. Solamente tienen que ir y leer el artículo 53 y 59 de nuestra Constitución Nacional.
No hay ningún ataque ni embestida contra la Justicia. Se solicita que se revise con todas las garantías y en las instancias que corresponde el desempeño de los magistrados que conforman la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
No pretendo descalificar en su totalidad al Poder Judicial por las conductas de algunos de sus miembros. Conozco la honestidad de muchos magistrados y funcionarios judiciales. Pero no podemos seguir mirando impávidos cómo las disputas palaciegas desatadas en el más alto tribunal del país por controlar el manejo de los recursos económicos del Poder Judicial acaban desatando abusos inadmisibles.
Yo cumplí con mi parte. Reclamo en defensa del Estado de Derecho. No me aparto un solo centímetro del estricto respeto a la Constitución Nacional.
No somos nosotros quienes atentamos contra la Constitución.

Yo, con mi moderación

En la apertura del 141º período de Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación, el jefe de Estado resaltó que se cumplen 40 años de democracia. En este contexto, exigió que la justicia "juzgue y condene" a los autores materiales e intelectuales del atentado a la titular del Senado. Frente a los jueces Rossatti y Rosenkrantz, llamó al Poder Judicial investigar el intento de asesinato "con la misma premura con la que se archivan causas contra jueces y empresarios poderosos imputados".

Alberto Fernández enumeró puntos altos de su gestión e ironizó frente a quienes lo critican de moderado. "Fui yo, con mi moderación, el que estuvo con Evo en los peores momentos. El que visitó a Lula da Silva en la cárcel y el que está con Cristina cuando la persiguen", manifestó.

Sin embargo, el jefe de Estado admitió sus errores en la gestión: "No oculto las necesidades, ni dibujo un mundo irreal". "Puedo hablar francamente de la pobreza, la inseguridad, la inflación. Sé lo que está sucediendo y entiendo en malestar de los más débiles, pero también veo lo que está bien, que quieren ocultar para generar desánimo", expresó. En este sentido, dijo que hay "un sistema de concentración medios que expresan intereses opositores al Gobierno que ocultan o tergiversan información a sus lectores".

En esa línea, el mandatario habló sobre la situación ecómica del país y de la deuda externa. "Con mi moderación fui capaz de enfrentar a los acreedores privados y pude ponerle freno a los condicionamientos que el FMI le había impuesto al gobierno que me precedió", declaró. A su vez, resaltó el compromiso del ministro Sergio Massa, que dejó la presidencia de Diputados, para "asumir la difícil tarea" de conducir el cremiento económico.

"Todos sabemos que la inflación constituye un problema estructural de la Argentina que se remonta a décadas, estamos abocados a reducirla sin generar incrementos en los niveles de pobreza o frenos en el proceso de crecimiento que venimos experimentado", sostuvo. Para el Presidente, se debe distribuir mejor la generación de riqueza, pero no hay solución si la economía no crece: "Es fundamental sentar las bases para el crecimiento equilibrado".

Por último, Alberto Fernández afirmó hoy que la guerra en Ucrania "asomó inexplicablemente hacia una invasión militar y fue escalando de tal modo que al día de hoy desconocemos el desenlace del conflicto". "Hemos desarrollado una política exterior basada en el multilateralismo cooperativo. Apoyamos con firmeza la paz, la seguridad internacional, la solución pacífica de controversias y el cuidado del medio ambiente", agregó.

Mirá en vivo el discurso de Alberto Fernández en el Congreso:

Una sociedad más igualitaria

Con barullo político no sé quiénes ganan. Sí sé que pierde nuestra gente.

Siempre creímos que nuestro pueblo está por encima de cualquier interés. Podemos permitirnos un debate franco de cara a la ciudadanía. Lo que no podemos es seguir postergando a nuestros compatriotas cuando podemos avanzar en temas cruciales para sus vidas.

Yo invito al pueblo argentino y a todas las fuerzas políticas a que procuremos mirar hacia adelante.

Esto no lo arregla un presidente o una coalición de gobierno. Estamos todos en un mismo barco que no puede naufragar. Nadie se salva solo, diría el Papa Francisco.

Queremos seguir con la Argentina avanzando hacia un desarrollo sostenido, potenciando la industria, redistribuyendo con equidad los ingresos, ampliando derechos y cuidando el ambiente.

Queremos continuar con la expansión de la inversión pública y dirigir los recursos del Estado, allí donde Argentina lo requiera.

Queremos aumentar las exportaciones y aumentar el consumo interno.

Queremos más trabajo de calidad. Queremos seguir fortaleciendo a nuestras Pymes que son las que generan 3 de cada 4 empleos. Queremos profundizar las políticas de inclusión laboral.

Peleamos todos los días por una sociedad más igualitaria. Debemos hacer realidad nuestra utopía de Justicia Social.

Venimos demostrando que podemos hacer crecer la economía sin menguar derechos de los trabajadores. Es falso que para crear trabajo o mejorar los ingresos deba retrocederse en derechos.

En pocos meses los argentinos y argentinas podrán ejercer una vez más su derecho a elegir al gobierno nacional y a sus representantes en el Congreso. Previamente, podrán hacerlo en algunas provincias para elegir a sus gobernadores y a sus legisladores.

Otra contienda electoral en nuestra democracia de 40 años ininterrumpidos.

Desde la responsabilidad que me cabe quiero convocar a todas las fuerzas políticas y a nuestro pueblo para que vivamos este proceso con todas nuestras convicciones y nuestras pasiones, pero también con el debido respeto por todos y todas.

Debatamos la Argentina que queremos. Generemos el clima político adecuado para que nuestro pueblo elija en libertad.

He conversado con los principales líderes del mundo. Estoy convencido de que, en las reconfiguraciones políticas y económicas a escala global que se están produciendo, la Argentina tiene una gran oportunidad que no debemos desaprovechar.

La oportunidad más evidente está en que el mundo necesita y demanda aquello que la Argentina posee y produce.

Está pasando