Mañana comienza el ciclo lectivo y vuelve el Último Primer Día de clases, conocido como UPD por sus siglas. El mismo es un ritual que los alumnos que empiezan el último año de la secundaria llevan a cabo desde hace ya varios años.

Los alumnos se organizan, hacen una previa y, muchas veces, alquilan un boliche para festejar el inicio de quinto año. Generalmente, se alcoholizan y consumen diferentes sustancias durante toda la madrugada de la jornada en la que empiezan las clases.

Cuando llega la mañana, siguen en estado de ebriedad y van al colegio sin dormir, ya que, eso es parte del ritual. Allí, llegan con bombos, petardos y bengalas anunciándose, festejando que inició el ciclo lectivo en el que egresan.

UPD: ¿Ritual necesario o descontrol violento?

En este sentido, tantos las escuelas como los padres o tutores de los alumnos están en alerta, ya que, pretenden que se erradique este tipo de festejos. Es por eso que algunos colegios privados y católicos proponen un desayuno de bienvenida con los padres, así los adolescentes no llegan alcoholizados al establecimiento educativo; otras escuelas sostienen que no van a dejar entrar a sus alumnos en estado de ebriedad.

Una de las voces oficiales que se expresó al respecto fue Emilio Moreno, titular del nivel secundario de la provincia de Mendoza. "Reglamentariamente, en el UPD, los chicos no pueden ingresar si vienen alcoholizados. De hecho, la directora debe dar aviso a los padres y a la Policía si llegan en ese estado", remarcó.

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Finalmente, Moreno sostuvo que desde las instituciones, a través del centro de estudiantes y el servicio de orientación, se organizan diversas actividades para alumnas y alumnos. De esta manera, aseguró que lo que se busca es que “sea un lindo día para las y los estudiantes, y que estén contenidos en las escuelas”.