Mientras las fuerzas militares de Estados Unidos y Canadá continúan con la búsqueda por tierra y por mar de los restos de los objetos voladores que esas Fuerzas Armadas derribaron sobre América del Norte en la última semana, se hace sentir las repercusiones políticas de todo el asunto.
Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado de Estados Unidos y dirigente demócrata cercano a Joe Biden, le dijo al canal ABC que el gobierno estadounidense está convencido que los tres objetos voladores no identificados derribados eran globos chinos. "Los chinos fueron humillados, creo que los agarramos en una mentira", afirmó. Siguió: "Es un verdadero retroceso para ellos".
Poco después, un vocero del consejo nacional de seguridad de la Casa Blanca intentó bajarle el tono a las declaraciones de Schumer, afirmando que es demasiado temprano para caracterizar definitivamente a los objetos derribados en Alaska y Canadá.
Según Schumer, el ejército estadounidense y sus agencias de inteligencia están "enfocados como un laser" en obtener información sobre los objetos voladores y encontrar las medidas necesarias para proteger los intereses de su país en el futuro. Además, dijo que le parecía "increíble" que su gobierno no supiera nada sobre el programa de espionaje con globos apenas unos meses atrás.
Según el gobierno de China, el globo, que admitieron es suyo, no realizaba tareas de espionaje. En cambio, sus funciones eran de investigación climática. Desde el Pentágono, por su parte, plantean que el globo tenía poderosos equipos capaces de interceptar comunicaciones.