Tras llegar a un acuerdo con el gobierno de Río Negro, los protagonistas de la “Séptima Marcha por la Soberanía” anunciaron anoche el fin de la protesta y empezaron a retirarse de Lago Escondido. El acuerdo consistió principalmente en el traslado seguro de los 60 manifestantes que acampaban cerca de la mansión de Joe Lewis hacia El Bolsón.
Las decenas de manifestantes que acampaban en la ribera este del Lago Escondido, a metros de la mansión de Lewis, regresaron en micro a El Bolsón. Así negociaron los organizadores de la marcha con representantes del gobierno rionegrino y de la policía provincial, tras la tensión que se vivió con las fuerzas de seguridad y los propios peones del magnate británico.
Tras el acuerdo, los organizadores de la marcha la dieron “por concluida” por considerar que cumplieron “los objetivos de poner de manifiesto que Lago Escondido es patrimonio de todos los argentinos”, según comunicó el manifestante Julio César Urien cerca de las 23 horas. El objetivo de las negociaciones había sido preservar la seguridad de los manifestantes frente a las fuerzas de seguridad y la seguridad privada de Lewis.
Sobre las 60 personas que acampaban cerca de la mansión del británico, Urien precisó que "todos los participantes de la columna de montaña se encuentran en perfecto estado de salud" y que, por su parte, "los integrantes de la columna del camino público de Tacuifí, que fueron arteramente atacados mientras lo transitaban, se encuentran atendidos y fuera de peligro”.
Finalmente, concluyó asegurando que "las Malvinas son argentinas y el Lago Escondido también", en referencia a la consigna que Delia Giovanola, abuela de Plaza de Mayo, sostuvo en un cartel en 1982.
Mientras tanto, el sacerdote Francisco "Paco" Olveira y el excombatiente de la Guerra de Malvinas Gustavo Bellido continúan la huelga de hambre por tiempo indeterminado que iniciaron al asentarse frente a la estancia en reclamo de una salida por el camino público de Tacuifí, ocupado por la gente de Lewis.
Con información de Télam.