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Sociedad

Cuánto de chantada tienen las Constelaciones Familiares: Una serie de Netflix actualiza el debate

Entre las variadas opciones para acceder a procesos de autoconocimiento aparece la alternativa de las Constelaciones Familiares: una terapia de grupo que propone destrabar traumas familiares. Quien la creó, de qué se trata y qué se le critica.

Netflix tiene de todo. Una plataforma completita: desde casos de asesinos seriales a clásicos del cine, series de todo tipo y para todas las edades. En los últimos meses una, especialmente, llamó la atención con su propuesta. Mi Otra Yo, made in Turquía, cuenta la historia de tres amigas muy unidas a las que le toca atravesar el cáncer de una de ellas. En la búsqueda de ayudarla a mejorar su calidad de vida deciden probar terapias alternativas. Así caen con un tal Zaman, famoso por llevar a cabo sesiones de constelaciones familiares.

A algunos les puede parecer una novedad el tema. Lo cierto es que estos encuentros "terapéuticos" se dan hace varios años en todo el mundo y son especialmente populares en lo que se llamó New Age. Ahora le dicen de mil maneras. Nos vamos a quedar con métodos de autoconocimiento.

A casi todos alguien alguna vez nos contó que participó en uno de estos talleres. Y varios -salvo los que se rieron o les dio vergüenza ajena- practicaron allí esta especie de juego de roles en los que el "facilitador" lo confrontó con cierta cuestión familiar traumática que luego lo hizo pensar. Incluso pudo haber alcanzado ciertas "revelaciones". Como todas estas pseudoterapias alternativas, la metodología puede resultar beneficiosa en la medida en la que el sujeto quiera/necesite creer. Si elige creer, bah. De ahí a suponer que gracias a esta experiencia se podría favorecer un proceso para curar un cáncer hay, por lo menos, una discusión que debe ser tratada con cuidado.

Qué se hace en un taller de Constelaciones Familiares

El procedimiento, generalmente, ubica a la persona en un espacio donde los otros participantes representan a miembros de la familia del que está siendo tratando en ese momento. Así buscan leer una dinámica a partir de las personas colocadas una en relación con la otra.

Siguiendo las instrucciones, los participantes despliegan un breve juego de roles en la escena, tratando el aspecto problemático en la forma de una constelación familiar y allí dicen puede ocurrir algo "milagroso": dentro de un período muy breve emerge una “solución” que supuestamente se encarga de todas las intrigas y alteraciones emocionales mutuas.

Los que saben del tema dicen que este fenómeno se basa en el así llamado “campo consciente”, una conciencia colectiva aparentemente imperceptible del patrón familiar completo.

Las Constelaciones Familiares: un "invento" sin sustento científico

Bert Hellinger

Bert Hellinger, alemán y fraile católico-romano, llegó a la adultez y se especializó en teología. Después comenzó a autodenominarse “psicoterapeuta” ¿Por qué? porque inventó las llamadas “constelaciones familiares”, que se supone que sirven, según Hellinger para “liberar” a las personas de sus “tensiones/conflictos”. En su esquema teórico – al que no se le pudo encontrar sustento científico–, encontraría en “generaciones pasadas y en los acontecimientos de la historia de la familia” la causa de las dolencias de las personas. Podrían ser conflictos bélicos, violencia familiar o doméstica. También abortos -propios o de alguien del árbol genealógico- porque el doctor consideraba también a esas "almas" como parte de la cadena de conflictos sin resolver. Parece atemporal dados los avances en el debate al respecto de este tema, pero en las reuniones actuales de constelaciones familiares se sigue trabajando así.

Bueno, según el ya fallecido "especialista", en esos episodios estaría la clave para desterrar los síntomas de aquel que sufre: depresión, ansiedad, adicciones. Pero ¿Cómo se transmitiría esa “información”? En su blog Factor, donde aporta datos sobre esta pseudoterapia, el periodista Alejandro Agostinelli cuenta que Hellinger explicó que este fenómeno se da "por medio de la resonancia mórfica": una idea inventada por Rupert Sheldrake en 1981 que consiste en “la base de la memoria en la naturaleza. La idea de misteriosas interconexiones de tipo telepático entre organismos y de memorias colectivas dentro de las especies”. Y acá aparece otra idea sin sustento científico de ninguna índole.

Hellinger decía que cada persona vive, tanto en lo privado como en lo profesional, siempre en relación. La familia es la base para toda persona. Aquel que busca encontrar su lugar correcto y su misión en la vida debe conocer los principios básicos de la vida, los “Órdenes del Amor”, los denominó.

Fede Bal cuenta su experiencia con Constelaciones Familiares cuando atravesó su cáncer.

Las críticas

Desde hace un par de años, las ideas reaccionarias de Hellinger han estado bajo severo ataque en su país nativo, Alemania. Los críticos de ese país apuntan a que Hellinger no sólo intentó retroceder el reloj en décadas -o incluso siglos- de logros en la sociedad contemporánea, sino que también adoptó más de una vez una actitud humillante hacia aquellos que recurrieron a él por ayuda. Además manifestó simpatía y compasión hacia dictaduras tales como la del régimen de Adolf Hitler y su movimiento nacional-socialista.

Hay un precedente oscuro en los procedimientos de Hellinger. En 1997, en la ciudad de Leipzig, una mujer se suicidó tras haber participado de una constelación familiar. Estaba sufriendo de una depresión severa y tenía graves problemas relacionales por lo que decidió probar esta opción. El comentario de Hellinger sobre el caso fue: “No se me ocurrió que ella pudiera haber sido suicida. Yo sólo la vi por tres minutos”.

“Es como la astrología: te tiran una idea genérica y uno se encarga de encontrar los casos positivos, los que concuerdan con la "predicción", y de ignorar a los que no encajan. En las Constelaciones Familiares te invitan a inventar un problema que viene de antepasados que quizás no conociste", resumió Agostinelli en su investigación sobre el tema.