A través de un estudio publicado en la revista Nature, los investigadores chinos Yi Yang y Xiaodong Song, del Instituto de Geofísica Teórica y Aplicada de la Universidad de Pekín, afirmaron que el núcleo de la Tierra se ha detenido o que empezó a girar en sentido contrario. Qué consecuencias traería a nuestra vida.
Los científicos analizaron más de 200 terremotos y concluyeron que el núcleo de la tierra, compuesto por hierro fundido y a más de 7000 kilómetros de profundidad, frenó su rotación o empezó a ir al revés.
El núcleo de la Tierra y de cada una de las capas están en continua interacción, lo que genera diversos eventos geológicos, como la formación de montañas, los terremotos o las erupciones volcánicas. Además, este movimiento de rotación es la que genera el magnetismo terrestre.
Los científicos estudiaron las ondas que se provocaron en terremotos en Alaska y las Islas Sandwich del Sur, para observar la actividad en las zonas cercanas a los polos. Según los datos obtenidos, la velocidad de rotación del núcleo terrestre se habría ralentizado en los últimos años y, además, habría empezado a girar en sentido contrario, hacia el oeste.
“Estas observaciones proporcionan una evidencia de que existen interacciones dinámicas entre las distintas capas de la Tierra, desde el interior más profundo hasta la superficie, posiblemente debido al acoplamiento gravitatorio y al intercambio de momento angular desde el núcleo y el manto hasta la superficie”, explicaron.
Qué efectos traería el cambio en el núcleo de la Tierra
Por un lado, la duración del día se vería afectada en una reducción de apenas unas fracciones de segundo. De todos modos, las consecuencias climáticas serían más drásticas.
Por la alteración del campo gravitatorio interno, se observarían cambios en el tiempo y en el nivel del mar. Además, el campo magnético de la tierra es el que hace las veces de escudo contra los rayos solares. Gracias a esta protección, tenemos una atmósfera tal y como la conocemos.
Se sospecha que hace miles de millones de años, Marte tenía una apariencia similar a la de la Tierra pero, por algún motivo, su núcleo perdió actividad, desapareció su campo magnético y los rayos solares acabaron con su atmósfera, dejando al planeta rojo como lo conocemos hoy en día.
