Miles de manifestantes peruanos llegaron ayer hasta la capital para sumarse a «La Toma de Lima», una protesta contra la destitución de Pedro Castillo, que exige la renuncia de la actual presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso y el llamado a elecciones generales.
La jornada se desarrolló con mucha tensión y estuvo marcada por los continuos intentos de los manifestantes para tomar el centro de la capital, desde donde fueron rechazados por férreos cordones policiales. Sobre la tarde, el centro de Lima fue un hervidero donde se enfrentaron miles de manifestantes contra más de 11 mil policías.
El incidente más grave se produjo en plena Plaza San Martín, donde ardió un antiguo inmueble en el que vivían más de 20 familias. El incendio fue televisado y exhibido como resultado de las protestas, aunque algunos manifestantes aseguran que es parte de un montaje que intenta deslegitimarlos anta la ciudadanía.
Los combates se desarrollaron en varios puntos de la capital, pero también en otras ciudades del país. En Arequipa, por ejemplo, se produjo un nuevo deceso durante un intento de toma del aeropuerto, que según la presidenta Boluarte, estuvo premeditado y concatenado con otros dos hechos similares sobre terminales aéreos.
Por la noche, la presidenta aseguró desde la Casa de Pizarro que la situación estaba «controlada «, agradeció el desplazamiento «inmaculado» de la Policía Nacional y aseguró que los actos de violencia no quedarán impunes. «El Gobierno actuará dentro del marco de la Constitución de manera firme y estricta».
Además, acusó un complot de sectores políticos para tomar el poder en Perú: «¿Quién financia a quienes dejan sus labores y viajan para protestar? En sus protestas no hay ninguna agenda social. Quieren quebrar el Estado de Derecho, generar caos y desorden para tomar el poder», denunció.
En sus protestas no hay ninguna agenda social. Quieren quebrar el Estado de Derecho, generar caos y desorden para tomar el poder
Dina Boluarte
Por la noche, además, la Embajada de Estados Unidos publicó un comunicado en el que manifestaron su preocupación por la represión policial, que en el último mes ha provocado más de 53 muertes, y hicieron un llamado al Gobierno para que tome «medidas urgentes» para asegurar el diálogo y la paz.
Hasta ahora, se confirmó la muerte de un manifestante, la internación de 4 policías heridos y la denuncia de varios periodistas agredidos durante sus funciones.