En el gobierno se evalúa que buena parte de las empresas productoras de artículos de consumo masivo más grandes vacían las góndolas intencionalmente para que no se renueve el plan Precios Justos.
El programa supone un congelamiento de precios de 2500 productos por 4 meses con aumentos escalonados acordados entre el sector empresario y el Gobierno y es una de las herramientas de mayor impacto social para contener la inflación.
La información que publicó este miércoles Página 12 refleja que, desde que Massa deslizó, a finales de diciembre, que Precios Justos se renegociaría para extenderlo hasta junio y no, como se panteó originalmente, hasta el 28 de febrero, se derrumbó el abastecimiento de los fabricantes de alimentos, limpieza e higiene a los grandes supermercados.
Según el artículo firmado por Leandro Renou, “de las 30 empresas más grandes que están en el programa, cerca de 25 abastecen menos del 50 por ciento. Es decir, cuando un supermercado les pide 10 productos, entregan menos de 5 productos promedio, por lo cual hay algunas que entregan cero, otras al 20 o 30 por ciento. Sólo cinco firmas entregan productos de Precios Justos por encima del 50 por ciento y sólo dos de ellas están arriba del 80”.
Eso significa, siempre según el artículo, que los mayoristas administran un desabastecimiento selectivo o disfrazado. Y es precisamente en ese segmento, el que conecta a mayoristas y productores con los comercios masivos, donde la Secretaría de Comercio le pidió ayuda al sindicato de camioneros: para controlar donde está el freno a la cadena de abastecimiento.
En ningún caso se planteó que los choferes (ni los piqueteros) ingresen a los supermercados. Tal como dijo Hugo Moyano “se le pidió al gremio –que representa a los trabajadores de logística y transporte- colaboración para determinar por qué los productos no llegan a los distribuidores minoristas a los precios acordados con las grandes empresas”.
La información que publica el matutino sobre el desabastecimiento “está en línea con las críticas y denuncias de la oposición y sectores empresarios al esquema de controles de cumplimiento que estableció Comercio con sindicatos y organizaciones sociales”. En estos momentos, y en función de esa coordinación entre sindicatos y Estado, la Secretaría controla remitos que terminarán probando el nivel de falta de entregas que tiene variaciones mínimas según las cadenas medidas.
El texto dice que hay multinacionales que tienen bajísimo nivel de entrega. “Algunos casos: Johnson y Johnson un 23 por ciento, Loreal un 18 por ciento y Kimberly Clark un 42 por ciento. Lo mismo ocurre con Unilever, que no sólo produce limpieza sino también alimentos, que vendió por un 52 por ciento y Procter and Gamble, con un 37 por ciento”.