El joven de 21 años, Luciano Pertossi, hoy sorprendió al pedir la palabra en la novena jornada del juicio por la muerte de Fernando Báez Sosa.
Para sorpresa del Tribunal Oral Criminal número 1 de Dolores, hoy -en la novena audiencia del juicio por la muerte de Fernando Báez Sosa- uno de los rugbiers decidió romper el silencio que caracteriza al grupo de acusados.
Se trata de Luciano Pertossi de 21 años, el hermano menor de Ciro, de 22 y primo de Lucas de 23. Los tres, a su vez son primos de Matías, un joven de 24 años que estaba detenido en la Unidad N°21 de Campana por "robo calificado en grado de tentativa por el uso de arma de fuego" y "lesiones" por un hecho de 2018. Cuando los tres hermanos quedaron presos en 2020 por matar a Fernando, los familiares pidieron que los trasladen al penal donde estaba su primo para que este los "cuidara", pero finalmente quedaron a resguardo en Melchor Romero.
“Yo no estaba ahí”, afirmó hoy Luciano Pertossi en plena exposición de los peritos con respecto a su presencia en el lugar del crimen y luego dejó en claro que no volvería a hablar.
Pero su testimonio se contradice con el de Lucas, uno de los testigos que lo señaló como el que le dio “la última patada” al joven asesinado. También lo acusó de haberlo agredido a él mismo para evitar que defendiera a su amigo. "Paren, por favor’, les dije. Y ahí uno de ellos me pegó y me tiró encima de un capot”, contó el joven. Ahí señaló a Luciano y Ciro Pertossi como sus agresores.
Otra Pertossi también es relevante en la causa que se lleva adelante durante todo el mes en Dolores. Emilia, de 25 años, es la hermana de Lucio y Luciano y es la abogada que asiste al defensor del grupo, Hugo Tomei.
Por último otro de los imputados también forma parte del árbol genealógico de los jóvenes oriundos de Zárate. Al ser el sobrino de María Elena Cinalli - la madre de Ciro y Luciano- Blas Cinalli es primo de los chicos.
