Este viernes un niño de seis años protagonizó un nuevo tiroteo escolar en Estados Unidos al abrir fuego contra su maestra en un aula de una escuela primaria del Estado de Virginia. La mujer está herida de gravedad y lucha por su vida.
"El individuo es un alumno de seis años. Ahora mismo está bajo custodia policial", dijo en rueda de prensa el jefe de la policía local, Steve Drew, y añadió que el tiroteo escolar no fue accidental. La única herida fue la maestra, en tanto ningún otro estudiante de la escuela fue alcanzado por las balas.
Los hechos ocurrieron en la escuela primaria Richneck de la ciudad costera de Newport News, al Este de Estados Unidos. La víctima es una docente de la escuela de alrededor de 30 años, cuyas heridas pusieron en peligro su vida. Alrededor de las 14 horas, alguien llamó al 911 para alertar sobre lo que había pasado, y el resto de los profesores se dedicó a agrupar a los alumnos en el gimnasio del colegio para mantenerlos a salvo hasta que llegaran sus padres.
Según trascendió, la institución cuenta con un detector de metales, pero los alumnos habrían sido revisados vagamente y al azar, con lo que el niño que protagonizó el tiroteo escolar habría podido ingresar el arma sin problemas. Todavía no hay información sobre qué tipo de arma era y dónde la consiguió.
En Estados Unidos el derecho de los ciudadanos a guardar y portar armas está protegido por la Constitución nacional.
El superintendente de escuelas de la ciudad, George Parker, aseguró que está “conmocionado y descorazonado”, e hizo referencia a la intensidad y frecuencia de la problemática con las armas en el país: "Necesitamos el apoyo de la comunidad para asegurarnos de que las armas no estén al alcance de los jóvenes", reclamó.
Un problema de larga data
En Estados Unidos el derecho de los ciudadanos a guardar y portar armas está protegido por la Constitución nacional, cuya segunda enmienda sostiene que “el derecho del pueblo a poseer y portar armas no será infringido”. Esta política representa un problema considerable si se miran los números de asesinatos, los cuales además de ser muy elevados apuntan a que se trata de un asunto íntimamente ligado con la vulerabilidad económica y el racismo.
En 2020 el país batió el récord de la mayor tasa de homicidios con armas de fuego registrada desde 1994. Las zonas con más alto nivel de este tipo de muertes fueron los condados más pobres del país, y la población de hombres y niños negros de entre 10 y 44 años estuvo entre las que más homicidios sufrieron, según reveló CNN.
Por otra parte, el Gun Violence Archive informó que el año pasado se produjeron en Estados Unidos unas 44.000 muertes relacionadas con armas de fuego, de las cuales aproximadamente la mitad fueron casos de asesinato, accidentes y defensa propia, y la otra mitad suicidios.