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Policiales

Juicio Báez Sosa: el llanto del padre de un rugbier, el pedido de perdón de un testigo y la súplica piadosa de la chica que intentó reanimarlo

La cuarta jornada del juicio contra los asesinos de Fernando Báez Sosa fue de alto voltaje emotivo. El fiscal Juan Manuel Dávila, quien representa a la acusación sostuvo antes de ingresar que los testigos "tienen mucho recuerdo de lo que ocurrió" y se mostró expectante porque las personas citadas a comparecer en esta fecha son "testigos presenciales ajenos al grupo de Fernando".

"Me pidió perdón al oído"

La audiencia comenzó pasadas las 9:30 a.m. y el primero en hablar fue Tomás Bidonde, el joven que aseguró haber visto que Máximo Thomsen le pegó "dos puntinazos" en la cabeza a la víctima cuando ya estaba en el piso. Según contó María Graciela Sosa Osorio, la madre de Fernando, en un cuarto intermedio, Bidonde le dió un abrazo al terminar de declarar: “Me pidió perdón al oído, me dijo que no pudo hacer nada, que se quedó shockeado”. Ella le contestó, siempre según su testimonio, "que aunque hubiera querido hacer algo, no hubiera podido porque a mi hijo le tendieron una emboscada. Le dije: ‘No me pidas perdón porque hiciste lo que pudiste. Te agradezco por todos los testimonios que diste y te pido que seas feliz’”.

El llanto de un padre

Más tarde, el padre de Enzo Comelli, uno de los "rugbiers" más complicados de los ocho acusados. no soportó las imágenes en las que se veía como los agresores, entre ellos su propio hijo, golpeaban a Fernando hasta matarlo. El hombre no pudo evitar romper en llanto ante la proyección del video y tuvo que salir de la sala para tomar aire. A Comelli padre lo acompañó hasta afuera de la sala otro padre, el de Lucas Pertossi, otro de los acusados.

La proyección de las imágenes genera un momento muy tenso. Los propios acusados se mantienen muy firmes en sus sillas, luego de que en la jornada anterior parecían haberse distendido y hasta pareció que, tras los barbijos, se reían de algunos testimonios.

Desde el día uno que los padres, la defensa y los acusados decidieron no abrir la boca ni declarar, los jóvenes parecen no haber abandonado nunca la actitud que tuvieron la noche trágica del asesinato. No parecen arrepetidos ni conmovidos y la sensación que crece es una distancia desesperante entre ellos y el resto de la sala.

"Por favor, quedate conmigo"

Más tarde, Virginia Pérez Antonelli rememoró aquel 18 de enero de 2020, cuando le hizo trabajos de reanimación a Fernando  para tratar de salvarle su vida. “Pudo haber sido solo cinco minutos, pero fue como una hora”, comentó ante el Tribunal que enjuiciará a los rugbiers por el homicidio del joven. Según relató, un amigo de Fernando gritaba pidiendo ayuda y ella se ofreció a hacerle reanimación cardio pulmonar.“Yo le sostenía la cabeza a Fernando, le hablaba, le pedía que se quedara conmigo”, recordó Virginia mientras los policías hacían la reanimación.

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