"No bombardeen Buenos Aires", cantó Charly García bajo una lluvia de misiles ficticios hace 40 años, en la cancha de Ferro Carril Oeste. Fue el domingo 26 de diciembre de 1982, cuando presentó su primer disco solista -Yendo de la cama al living- en lo que fue también su primer recital en esa condición. Además, fue el primero en la historia de la música argentina que se llevó a cabo en un estadio de fútbol.

Hacía solo seis meses había terminado la Guerra de Malvinas, y Charly compuso una canción donde reflejaba con ironía el temor de la sociedad a un ataque a la capital. Ese día, cerró el show con esa canción y cayeron "misiles" sobre toda la escenografía de una ciudad. Así, con un show de efectos especiales que simulaba las explosiones, sorprendió a todo el público: era algo nunca visto en el país.

Se cumplen 40 años del primer show de Charly como solista, el primero del rock argentino en un estadio de fútbol, con bombardeo al escenario incluido.

Antes, el ex Serú Girán había hecho su aparición a bordo de una limusina rosa junto a los músicos de su banda para esa noche: Willy Iturri en batería y parte de Los Abuelos de la Nada (Andrés Calamaro en los teclados, Cachorro López en el bajo y Gustavo Bazterrica en la guitarra), luego de ser anunciado por un presentador francés, el actor Jean François Casanovas.

Los Abuelos habían hecho de teloneros del recital, así como el grupo Sueter. La escenografía mencionada había estado bajo la dirección artística de Renata Schussheim, quien confesó haber sufrido mucho con las lluvias de esa noche, por temor a que se arruinara la sorpresa del final. Finalmente, todo salió a la perfección y quedó guardado para la historia.

“El disparador de eso fue Charly diciendo que quería que algo se destruyera. Ahí surgió la idea de hacer esa ciudad, para la que fui en busca de un gran amigo, el escenógrafo Juan Lepes, que tenía un gran taller como para armar eso”, recordó Schussheim.

Charly repasó parte de su repertorio de Sui Generis, Serú Girán y La Máquina de Hacer Pájaros, donde tuvo como invitados a Nito Mestre y Pedro Aznar, y obviamente dio a conocer lo que era el principio de su carrera como solista. Otros invitados fueron León Gieco y Mercedes Sosa, mientras que Luis Alberto Spinetta, si bien estuvo presente, no llegó al escenario porque veía el show desde el mangrullo.

Así, esa noche de casi 40 grados, de hace exactamente 40 años, se convirtió para siempre en un momento histórico para el rock argentino. "Como fenómeno y convocatoria, creo que fue lo mejor que hice", le aseguró el músico de bigote bicolor a Juan Alberto Badía, una vez terminado el show. Y tenía razón, pero no sabía todo lo que estaba por venir.