Este martes por la tarde, después de participar de los festejos en Buenos Aires, Lionel Messi y Ángel Di María llegaron al Aeropuerto Internacional de Rosario en un vuelo privado para desde ahí tomar un helicóptero hasta el barrio cerrado donde pasarán las fiestas con sus familias. Si bien el intendente, Pablo Javkin, puso la ciudad a disposición de los campeones, las posibilidades de que se organicen festejos con ellos ya son prácticamente nulas.

Una multitud emocionada recibió en Rosario a Messi y a Di María al cabo de los festejos en el AMBA, aunque fueron pocos los que lograron acercarse a ellos, saludarlos y sacarse fotos. La gran mayoría pudo verlos desde lejos, aún con la esperanza de una celebración similar a la que se intentó organizar en Capital Federal.

El lunes, Pablo Javkin aseguró que podían ofrecer a los jugadores un esquema de seguridad igual al que la ciudad prepara para las visitas presidenciales. Detalló haber conversado con el gobernador santafesino, Omar Periotti, con el padre de Lionel, Jorge Messi, y con el padre de Ángel Di María.

Desde el gobierno de Santa Fe ya habrían descartado la posibilidad de organizar un festejo con los jugadores.

"Si ellos quieren, podemos garantizar que ellos lleguen, saluden a la gente y vayan a su casa”, dispuso, y aclaró que no tendría “temor en organizarlo” y que “el espacio en el Monumento a la Bandera es grande”. Además, expresó, el operativo podría servir de “prueba piloto” para el hipotético caso en que Messi y Di María quisieran terminar sus carreras en los clubes de los que son hinchas, Newell’s y Rosario Central respectivamente.

Sin embargo, anoche ambos jugadores se dirigieron al barrio privado donde pasarán las fiestas con sus familias y, hasta el momento, no hubo indicios de la posible celebración. Según la agencia Télam, desde el gobierno de Santa Fe ya habrían descartado la posibilidad, con lo cual los rosarinos deberán contentarse con la posibilidad de ver a los campeones en algún evento futuro.