Las calles de Buenos Aires están raras desde el momento en que, este domingo, Gonzalo Montiel metió el último penal y consagró a Argentina como campeona del mundo. Vacías, repletas, sin colectivos, con los subtes suspendidos, en una fiesta aparentemente interminable. Esa ciudad, y su gigantesco conurbano, era lo que querían atravesar en un micro descapotado los jugadores del seleccionado nacional, junto al equipo técnico y parte de la dirigencia de la AFA, incluyendo a su presidente, Claudio "Chiqui" Tapia.
El jefe de la asociación nacional de fútbol fue comunicando las intenciones, y contando sin quererlo la historia, del colectivo que buscaba llevar a la selección al Obelisco desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, a donde llegó el avión que trajo a los jugadores desde Qatar.
La cosa empezó con el dirigente esperanzado, pero ya en ese momento empezó a distribuir algunas responsabilidades: "En un rato estaremos saliendo, a saludar, cumpliendo con el circuito dispuesto por los organismos de seguridad de Nación, Ciudad y Provincia de Buenos Aires". Explicó: "Realizaremos el recorrido establecido por autoridades para que los argentinos y argentinas disfruten a los Campeones".
Cuatro horas después, la cosa empezaba a complicarse. Mientras se calculaba que había alrededor de cinco millones de personas en los distintos puntos por donde iba a pasar el colectivo que llevaba a los jugadores, el colectivo empezó a frenarse, y se vivieron situaciones de cierto peligro para los jugadores, con gente intentando (y en algunos casos logrando) subirse al micro. Se tomó la decisión de levantar a los jugadores en helicóptero, y Tapia comunicó: "No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores Campeones. Una pena".
Luego, con los jugadores subiéndose a helicópteros y la caravana ya desarmada, el dirigente de la AFA salido de Barracas Central publicó otro tuit: "Agradecemos a la Provincia de Buenos Aires, encabezada por su ministro de seguridad Sergio Berni, que fue el único que acompañó durante toda la recorrida hasta la entrada a la capital sin registrar ningún incidente, permitiendo a los jugadores abrazarse al pueblo argentino".
Ese tuit, con agradecimiento dirigido únicamente al funcionario bonaerense, deja en algún sentido expuestos a sus pares de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo D'Alessandro, y Nación, Aníbal Fernández. Evidentemente, el líder de la AFA considera que el trabajo del Ministerio de Seguridad bonaerense estuvo más a la altura de las circunstancias que el de las carteras que pertenecen a CABA y el gobierno nacional.
El presidente de la AFA siguió con sus tuits sobre el festejo, y volvió a un tono más optimista y alegre. Decidió agradecerle a la gente haber salido a la calle a festejar con los jugadores, hasta donde se pudo, la tercera Copa del Mundo. "Gracias por tanto amor!! Somos el país más futbolero del mundo! La copa ya está en casa", publicó el dirigente.
