Salió electa como nueva presidenta de la Cámara Federal de Casación Penal, el tribunal más importante del país después de la Corte Suprema, la jueza Ana María Figueroa. Ella reemplazará al hasta ahora reinante Alejandro Slokar. Este es, además, el tribunal a donde irá a parar en unos meses la causa por la que condenaron a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Figueroa cumple 75 años el año que viene, y es doctora en Derecho y en Ciencias Jurídicas y Sociales. Antes de llegar a Casación, en el 2011, ella ejercía como abogada y enseñaba Derecho Constitucional en la Universidad Nacional de Rosario. Además, escribió el libro "El derecho de género: violencia contra las mujeres, trata de personas", materia sobre la que se especializó.
Hasta el momento, ella era la vicepresidenta segunda de la cámara que ahora presidirá. Logró reunir los votos necesarios para vencer al vicepresidente del cuerpo, Mariano Borinsky, que se perfilaba como favorito para la elección.
Figueroa, especialista en derechos humanos, tiene a su cargo una serie de decisiones con implicancias políticas de alto voltaje: si se reabre o no la causa de Hotesur y Los Sauces contra la vicepresidenta, la firma del Memorándum con Irán y la revisión de la absolución que recibieron los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa en el caso de la retención de impuestos de Oil Combustibles.
Ella tendrá un lugar protagónico en la Cámara de Casación, el tribunal que se hace cargo de las causas que ya pasaron por los jueces de primera instancia y la Cámara de Apelaciones. La cámara que presidirá es el último paso de una causa antes de llegar a la Corte Suprema. Ella es parte de la Asociación de Magistrados, donde suele apoyar a la lista Celeste, más cercana al oficialismo dentro del mundo judicial.
