El presidente de Perú, Pedro Castillo, anunció hoy que disuelve el Congreso, horas antes de que el órgano legislativo debatiera una moción de destitución en su contra, y declaró un "Gobierno de excepción" y un "toque de queda a nivel nacional", lo que motivó inmediatamente la renuncia de ministros y acusaciones de la oposición de un "golpe de Estado".
En un mensaje televisado, Castillo convocó "en el más breve plazo a elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución en un plazo no mayor de nueve meses. A partir de la fecha y hasta que se instaure el nuevo Congreso se gobernará mediante decretos ley".
La polémica decisión se llevó a cabo el mismo día en que se iba a votar, por tercera vez, una moción de censura contra el presidente peruano. El Congreso buscaba sacar al presidente de su puesto, como hizo con los últimos tres primeros mandatarios de su país.
La medida generó el inmediato rechazo de diversas fuerzas políticas, incluyendo al partido que llevó a Castillo al poder, Perú Libre. Vladimir Cerrón, el líder de esta organización, con la que el presidente ya rompió, afirmó: "Perú Libre no apoyará el golpe de estado en marcha, estamos en contra del hiperparlamentarismo, la prensa no es confiable en el país, ningún testimonio está corroborado, pero tampoco ponemos la mano al fuego por el presidente Castillo. No apoyaremos la vacancia".
Un día antes de esta catarata de sucesos políticos, renunció a su cargo el Comandante General del Ejército de Perú, Walter Córdova Alemán, por "motivos estrictamente personales". De esa manera, le dejó espacio a Castillo para nombrar un nuevo comandante.
Castillo, por su parte, aseguró que se harán nuevas elecciones para el Congreso, y que este tendrá la tarea de escribir una nueva Constitución. Hasta que esos comicios se celebren, anunció el presidente, "se gobernará mediante decretos ley".
Según Castillo, la decisión del gobierno de excepción busca "restablecer el Estado de Derecho debido al reclamo ciudadano a lo largo y ancho del país". Además, decretó un toque de queda desde las 10 de la noche hasta las cuatro de la mañana del jueves. Al mismo tiempo, se cerraron las puertas del Congreso, con los legisladores adentro, quienes decidieron sesionar de todas formas.
Al mismo tiempo que declaró el gobierno de excepción, Castillo recibió las renuncias de varios ministros de su gabinete, entre ellos el de Trabajo y el de Economía. También renunció a su cargo el embajador de Perú frente a la ONU, Manuel Rodríguez Cuadros, y el expresidente Ollanta Humala afirmó que "las Fuerzas Armadas le deben honor y lealtad a la patria y no a un dictador. Eso eres hoy, Pedro Castillo".
La misma vicepresidenta de Perú, Dina Boluarte, rechazó a través de Twitter la "decisión de Pedro Castillo de perpetrar el quiebre del orden constitucional con el cierre del Congreso". Afirmó: "Se trata de un golpe de Estado que agrava la crisis política e institucional que la sociedad peruana tendrá que superar con estricto apego a la ley".
Mientras tanto, en el Congreso, se anunció una sesión de ambas cámaras para las 12:30, para votar la moción contra el presidente. Castillo, por su parte, explicó que va a reorganizar el sistema de justicia, pero que "respeta escrupulosamente el modelo económico".
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