Franco Jesús Ramos está procesado por haber asesinado a Marina Da Silva, quien era su novia, en 2013. En el marco de un juicio que tardó casi una década en comenzar, y a pesar de las pruebas que pesan en su contra, el acusado intentó desentenderse del femicidio apelando a la culpabilización de la víctima: “Marina vivía de joda”, dijo, según trascendió después de la primera jornada del juicio.
La Justicia se tomó 9 años para empezar el juicio contra Franco Ramos, y en ese lapso de tiempo lo dejó libre sin ningún tipo de medida de control permitiendo que volviera a asesinar a otra mujer: ahora, Ramos es también el principal sospechoso de haber asesinado a la taxista Claudia Benítez.
A Marina Da Silva la encontraron asesinada en las afueras de Posadas, provincia de Misiones, a fines de 2013. Rápidamente las sospechas apuntaron contra su novio, Franco Ramos, y otros tres hombres: Alejandro “Pili” Da Silva, Juan Ángel Portal y Omar Ramírez, que murió mientras la Justicia se demoraba en comenzar el proceso.
Según reconstruyeron los investigadores, Marina y Franco Ramos asistieron juntos a la fiesta de cumpleaños de Juan Ángel Portal, luego de lo cual su novio la asesinó golpeándola y tirando su cuerpo al río. Los otros tres hombres están señalados como cómplices del asesinato por haber apoyado a Ramos y mantenido con él un “pacto de silencio”. En la casa del asesino encontraron rastros de sangre y en la de Portal, sospechado además de haber mantenido una relación paralela con Marina, el chip de su celular.
Por el momento, todos están en libertad. Solo el femicida estuvo preso un tiempo, pero salió en 2020 por haberse cumplido el plazo durante el cual una persona sin sentencia puede permanecer en la cárcel. La causa, por su parte, no está caratulada como femicidio sino como “homicidio calificado por la participación de dos o más personas”.
La madre de la víctima declaró que la joven quería terminar su relación porque “sufría violencia por parte de Franco”.
Esta semana se celebró, finalmente, la primera jornada del juicio contra Ramos, Portal y Da Silva, en la que los acusados intentaron desvincularse de los hechos. El femicida aseguró que, el día de su desaparición, Marina había salido mientras él dormía. Ella “era de desaparecerse, salía con sus primas que siempre estaban de joda”, soltó al momento de su declaración, según detalló Clarín. “Marina vivía de joda, la mamá le daba plata para que salga. Yo siempre le daba plata también”, agregó el hombre como si eso lo exculpara del asesinato de su novia.
A su vez, la madre de la víctima declaró que la joven quería terminar su relación porque “sufría violencia por parte de Franco”, en palabras de Cintia Beyer, psicóloga de la Secretaría de Apoyo en Investigaciones Complejas (SAIC) del Poder Judicial.
Mientras permanecía libre y la Justicia se tomaba su tiempo para iniciar el juicio, Franco Ramos surgió como el principal sospechoso por el femicidio de otra mujer: Claudia Benítez apareció asesinada en mayo de este año, en condiciones similares a las de Marina Da Silva, y recientemente se descubrió que Ramos se había quedado con su celular y lo había vendido.
Si sos víctima o conocés a alguien que sufra violencia de género llamá al 144. Podés comunicarte de manera gratuita las 24 horas, los 365 días. También podés contactarte por mail a [email protected] y descargando la app.
Foto: Sebastián Velozo.
