Brasil bailó a Corea del Sur por los octavos de final de la Copa del Mundo, no solo en el juego sino también en los festejos. En cada uno de los cuatro goles cariocas, los jugadores de la scratch celebraron con bailes, pero en uno de ellos se sumó hasta Tite, conocido por su seriedad.

Cuando iba casi media hora de partido, Richarlison convirtió un verdadero golazo de fútbol playa; puro jogo bonito. Durante el festejo, el delantero se acercó al banco de suplentes, donde armaron una ronda con sus compañeros y de repente apareció el entrenador de Brasil.

Tite, quien es conocido por un carácter más bien solemne y mostrar siempre seriedad en su rostro, no pudo aguantarse y se sumó al baile. Una imagen divertida y muy particular, que se suma a las perlitas que está dejando el Mundial de Qatar.