Quizás fue la angustia contenida por el arranque oscuro contra Arabia Saudita o quizás sea que el argentino es un pueblo predispuesto naturalmente al festejo.
El hecho incontrastable es que, tan pronto se supo que la victoria por 2 a 0 sobre Polonia habilitaba el pase a octavos contra Australia, en todas las calles del país la gente salió a celebrar.