El presidente Alberto Fernández sufrió una "gastritis erosiva con signos de sangrado" que lo descompensó y obligó a suspender su discurso inaugural en la cumbre del G20, celebrada en Bali.
Pese a ello, el mandatario mantuvo en pie la reunión bilateral que tenía planificada con el presidente chino Xi Jinping, que se celebró sin mayores contratiempos.
En horas de la mañana, Fernández sufrió mucho dolor, mareo y un episodio de hipotensión que encendió las alarmas de la delegación argentina. Por ello, debió ser trasladado al hospital general Sanglah, en Bali. "Fue un episodio complicado. Sangró mucho y eso le provocó la descompensación", explicaron miembros de la comitiva.
Hasta el centro de salud lo acompañaron funcionarios argentinos y el ministro de salud de Indonesia, Budi Gunadi Sadikin. Le hicieron estudios, le dieron suero y le recomendaron cuidados. "Va a retomar con cuidado algunas actividades", dicen desde el Gobierno.
La reunión con el presidente chino estaba planificada para las 17:30 hora local (6:30 de Argentina) y se celebró si mayores sobresaltos. Esta fue la única actividad que Alberto Fernández sostendrá hoy, ya que suspendió su agenda en Bali, para hacer reposo.
Las actividades oficiales que el mandatario tenía agendadas en la isla de Bali hasta el momento fueron cubiertas por el canciller, Santiago Cafiero. Él dio el discurso en la primera sesión del G20 denominado "seguridad alimentaria y energética" y el de la segunda dedicado a Salud. El ministro de Relaciones Exteriores también participó del almuerzo de líderes.