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Columnistas

Stephanie Frappart, la pionera

Cuando el 20 de noviembre Qatar debute contra Ecuador en el estadio Al Bayt de la ciudad de Jor comenzará el Mundial de fútbol masculino 2022. El torneo será pionero por múltiples factores: primero en un país de medio oriente, último con 32 equipos, el que más dinero gastó en la organización y también el que mayor cantidad de polémicas acarrea.

Una de ellas es el rol que los qataríes le dan a las mujeres, relegadas a un sistema de tutelaje dirigido por los hombres. Por eso también sorprende que sea el campeonato en el cual debuten mujeres dirigiendo. Habrá seis árbitras, tres de campo y tres juezas de línea, pero una de ellas sobresale, la francesa Stephanie Frappart, la pionera. Ya dirigió casi todos los torneos masculinos posibles y en Qatar tachará un nuevo casillero.

En el mundial habrá 105 referees, 99 hombres y 6 mujeres, que impartirán justicia en los 64 partidos. Argentina y Brasil son los que más llevan con siete árbitras cada uno. En segundo lugar están los ingleses, españoles y franceses con seis cada uno. De las mujeres designadas, todas con mucha experiencia a cuestas, Frappart es la que se destaca, sobre todo porque ya acumula experiencia en su país y en los torneos masculinos más importantes de Europa, la federación continental más poderosas de todas.

Nació en 1983 en Plessis-Bouchard, 20 kilómetros al norte de Paris. Ella es la segunda de cuatro hermanos, de una padre que fue obrero de la empresa 3M y una madre que trabajó como asistente en un jardín de infantes. A los 10 años empezó a jugar al fútbol en el AS Herblay, a los 13 descubrió su vocación como árbitra y a los 19 canjeó botines por silbato,.

Su papá fue jugador amateur y sus dos hermanos también incursionaron en el arbitraje. Actualmente es parte de los 21 referees que juegan en la Ligue 1, la Primera División masculina, cuyos salarios pueden llegar hasta los 120.000 euros anuales. Además está a cargo de la capacitación y formación de la árbitras de la D1, la máxima categoría femenina.

Comenzó a dirigir en 2003 y once años más tarde tuvo su debut en el masculino. El 8 de agosto de 2014 por la segunda fecha de la Ligue 2, debutó con un 0-0 entre Chamois y Brest y se convirtió en la primera mujer en dirigir una categoría profesional de hombres. Desde entonces le tocó ser vanguardia en prácticamente todos los torneos importantes. “No era mi vocación principal llevar este estandarte de "pionera". Pero sobre las designaciones y mi carrera, ahora está anclado en mi carácter. Si no me presiono más en relación con eso, sé a pesar de todo que cada vez que entro al campo, cada vez que me designan para arbitrar un nuevo partido, generalmente es ´una primera´”, le confesó a la revista Marie Claire en mayo de este año.

De perfil bajo, no tiene redes sociales ni suele hacer declaraciones altisonantes y, a contramano de lo que su rol pareciera implicar, no le ve la cuota de militancia a medida que va ganando espacios. “No hace falta entrar en temas políticos, sinceramente no soy una feminista de los pies a la cabeza. Soy favorable a que se reconozcan las cualidades y las competencias, hay que dar espacio a las mujeres en relación a sus cualidades, aunque hay que darles la posibilidad para que las demuestren”.

Sin embargo cuando le consultaron por su designación para Qatar sí se permitió correr un poco su discurso. "Es también una señal fuerte de la FIFA y de las instancias el hacer arbitrar a mujeres en ese país. Yo no soy portavoz feminista, pero si esto puede hacer avanzar las cosas…"

Tras cinco años en la Segunda División, además de incursiones en Copa de Francia y Copa de la Liga, llegó el ansiado ascenso personal. El 28 de abril de 2019, por la fecha 34 de la Ligue 1, tuvo su bautismo en Amiens-Racing de Estrasburgo. Al igual que en 2014 el resultado fue 0-0 y Ludovic Ajorque, delantero del visitante, se llevó la primera tarjeta amarilla que Frappart sacó en Primera División. Al final del partido fueron cuatro los amonestados. Desde entones es parte del cuerpo arbitral que dirige la máxima categoría. En la últimas dos temporadas lleva 23 partidos, pero con una particularidad, nunca le tocó dirigir a Lionel Messi, ni al PSG.

A partir de ahí su carrera ha ido en constante crecimiento y las responsabilidad no pararon. Apenas tres meses y medio después llegó el estreno europeo cuando se hizo cargo de la definición de la Supercopa entre Livepool y Chelsea, en una terna integramente femenina con su compatriota Manuela Nicolosi y la irlandesa Michelle O´Neill como juezas de línea. Empataron 2-2 y luego el equipo de la ciudad de Los Beatles se quedó con el título en los penales. “Estuvieron brillantes. Les dije que si hubiéramos jugado como ellas arbitraron, habríamos ganado 6-0. Estuvieron muy bien, cuando tenían mucha presión en un momento histórico y tuvieron calma e hicieron lo que tenían que hacer. No podría tener más respeto por Stéphanie Frappart”, fue el elogio de Jurgen Klopp, el entrenador alemán de Liverpool, al finalizar el partido.

El 2 de diciembre de 2020 en Turin dirigió Juventus-Dinamo de Kiev, su debut en Champions League. Los italianos ganaron con goles de Federico Chiesa, Alvaro Morata y Cristiano Ronaldo. Desde entonces ha dirigido en Europa League, Conference League, Nations League y Eliminatorias europeas.

Fue designada como cuarta árbitra en la Eurocopa masculina de 2021 y cumplió ese rol en el debut del torno cuando Italia venció 3-0 a Turquía. Sin embargo desde 2015 a esta parte es parte estable en todos los grandes torneos femeninos. En los Juegos Olímpicos de 2016 y 2021 dirigió dos partidos en cada uno. Estuvo en ocho juegos en la Eurocopas de 2017 y 2022, entre ellos dos cuartos de final y una semifinal. Pero su momento más alto lo vivió en mundiales con dos juegos en 2015 y cuatro en el de 2019 que se hizo en su país. Ahí dirigió el sorpresivo empate en el debut de Argentina contra Japón, entonces vigente subcampeón mundial, y la definición entre Estados Unidos y Holanda, hoy autopercibida Países Bajos. Las norteamericanas ganaron 2-0, se quedaron con su cuarto título mundial y, con Megan Rapinoe a la cabeza, decidieron no ir a la Casa Blanca por estar en desacuerdo con Donald Trump, entonces presidente del país.

La presencia de Qatar y sus cinco compañeras, Salima Mukansanga, de Ruanda, Yoshimi Yamashita, de Japón, Neuza Back de Brasil, Karen Díaz Medina de México y Kathryn Nesbitt de Estados Unidos tendrá una alta carga simbólica dado el rol que tienen las mujeres en ese país. Allí están sometidas a un sistema de tutelaje y de acuerdo a un informe de Human Rights Watch deben conseguir el permiso de sus tutores masculinos para casarse, estudiar en el extranjero con becas del Gobierno, acceder a muchos empleos gubernamentales, viajar al extranjero hasta cierta edad y recibir algunas formas de atención de la salud reproductiva. Este sistema discriminatorio también niega a las mujeres la posibilidad de desempeñarse como tutoras principales de sus hijos e hijas, aunque estén divorciadas y tengan la custodia legal. Estás restricciones violan lo establecido en la constitución de Qatar y el derecho internacional.

Si bien todavía no están las designaciones arbitrales, Frappart será una de las personas que genera mayor expectativa porque podría convertirse en la primera que dirige un Mundial masculino de mayores. Será, como ella dijo, el sumun en la vida de una mujer que cuando era chica jugaba al fútbol con la camiseta número 10 en la espalda y tendrá la responsabilidad de arbitrar en el torneo más importante del mundo.