Detuvieron al matrimonio que había adoptado dos niños africanos en 2019 y que que luego los abandonó en 2020 cuando la Justicia comenzó a buscarlos. En el operativo en el domicilio encontraron certificados de adopción y fotos de los menores.
En 2020 la Justicia comenzó a buscar a un matrimonio que había dejado el 17 de noviembre a dos niño - que en ese momento tenían 6 años- en la puerta de una comisaría del Niño y la Mujer de Bahía Blanca. Recién ahora, dos años después, efectivos de la federal -en una investigación que encabezó la Dra. Silvina Domínguez- logró dar con el paradero de Natacha Perrig (44) y Eduardo Rucci (45) en la ciudad patagónica de San Martín de los Andes.
En 2019 el matrimonio, que también tiene una hija biológica de 12 años, había viajado a República de Guinea-Bissau (África) apara adoptar a los hermanos, que, después del abandono, siguen viviendo en Bahía Blanca y se encuentran junto a una familia en proceso de adopción.
En el operativo encontraron el certificado de adopción de ambos chicos.
En el operativo en la casa de Perring y Rucci, en el barrio Noregon, encontraron el certificado de adopción de ambos chicos firmado por el área de menores del Tribunal Regional de Bissau, que indicaba que nacieron en 2014 y fueron registrados en el Orfanato Casa Emanuel. También había una citación de la Defensoría de los Derechos del Niño y Adolescente de San Martín de Los Andes, expedida el 26 de noviembre de 2020. En el documento, se insta a Perrig y Rucci a presentarse con su hija adolescente para una entrevista con el defensor local y un “equipo interdisciplinario”.
Increíblemente, la pareja quedó libre a pesar de la acusación: fue notificada pero no arrestada. En Bahía Blanca, la UFI N°8 de esa jurisdicción los busca por el delito de abandono de persona. En cuanto a qué hizo que la pareja tome esa decisión, todavía es un misterio. Tanto Rucci como Perrig, que cobraban una Asignación Universal en la época del abandono de los chicos, hoy tienen trabajo estable: Perrig tiene empleo desde marzo en una constructora de la zona de acuerdo a registros previsionales. Y Rucci, según investigadores, se dedica al negocio de las viviendas en containers.
En ese entonces, medios locales indicaron que el matrimonio justificó su accionar aludiendo a motivos personales que “dificultaban su vinculación y sostenimiento de la vida familiar”.