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Mundo

Entre los cortes de ruta y el silencio de Bolsonaro, se enrarece el dia después del triunfo de Lula

Tradicionalmente, las elecciones presidenciales suelen terminar de formas bastante parecidas. El tribunal electoral, o el organismo estatal encargado de contar los votos, declara a un ganador, y el perdedor lo llama, para felicitarlo y reconocer la derrota. De esa manera, los países se aseguran cierta convivencia democrática, y un gobierno reconocido por todos los contendientes, la base para encarar un nuevo mandato. Muchas veces hay, incluso, un discurso de la derrota en el búnker de los vencidos.

En Brasil, nada de esto sucedió. Jair Bolsonaro, el actual presidente brasilero y contendiente en las últimas elecciones, aún no realizó ninguna aparición pública desde la publicación de los resultados de las elecciones, en las que salió derrotado por apenas dos millones de votos. Tampoco tuiteó, ni llamó al presidente electo, Lula da Silva, para reconocer su derrota.

Su silencio resulta preocupante para la democracia brasileña, sobre todo después de una campaña y una elección signada por la violencia. De acuerdo al Instituto Fogo Cruzado, que estudia la violencia armada en Brasil, fueron los comicios más violentos de la historia de Brasil. En Belo Horizonte, por ejemplo, un hombre asesinó a una persona e hirió a cuatro más que festejaban la victoria de Lula en la calle. En Paraná, al sur de Brasil, balearon el auto de un votante de Lula, y en Sergipe otro hombre murió, baleado mientras festejaba la victoria del frente que encabeza Lula en las elecciones.

No es Bolsonaro el único que no acepta los resultados de las elecciones hasta el momento. En este momento, hay cortes de ruta protagonizados por camioneros bolsonaristas en al menos 12 de los 26 estados brasileños. Entre los afectados están Rio de Janeiro, Mato Grosso, los ingresos a Brasilia, la autopista que conecta San Pablo y Rio, y en Goias, donde hay largas filas de autos.

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