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Columnistas

Política, turismo y humor británico 

 Aparentemente, estos tres aspectos de la vida empresaria nada tienen en común, sin embargo, y con la mente abierta, nos sorprenderíamos al ver cómo la realidad del mundo supera cualquier ficción. 

Contra lo que marca la historia, el Reino Unido viene demostrándonos en los últimos tiempos que su burocrática y almidonada realeza es tan humana como la de cualquier mortal que habite este pequeño mundo terrícola.

Tan es así, que su famosa flema británica no está exenta de decisiones políticas erroneas, alguna que otra crisis de gobierno mediatizada y por supuesto la bronca de un pueblo que se forjó con sangre, sudor y lagrimas. 

Desde que el Reino Unido se separó de la Comunidad Europea, con el llamado “Brexit”, la industria turística británica se ha visto afectada de infinitas formas. 

Sea por la necesidad de viajar al resto de Europa con pasaporte, y viceversa; o por la pérdida de muchos empleados calificados que debieron abandonar el país por no ser residentes, pero, además, porque la actividad turística británica no logra recuperarse después de la Pandemia.

El turismo demoró 6 meses más que el resto de las actividades económicas de las islas en ponerse en movimiento, mientras el gobierno le quitaba el apoyo que brindaba a otros sectores.  

Está claro que la ecuación público/privado no funciona tan bien en las islas británicas.

En ese contexto, el “humor británico” afloró con toda su estirpe, reflejando crudamente el papelón de su Primera ministra, Liz Truss, quien debió renunciar 44 días después de haber sido nombrada por la fallecida Reina Isabel II.

Ryanair, la aerolínea irlandesa de bajo costo, fue la primera en publicar una serie de tweets en su cuenta con bastante ironía, reflejando su descontento con la política que intentó implementar la funcionaria y que provocó una notoria caída de la Libra esterlina. 

El primero de ellos parecía una clásica tarjeta de embarque en donde se lee el nombre de la pasajera “Liz Truss”, con el asiento asignado 10D (Downing Street N° 10 es la de residencia de los primeros ministros británicos) y partiendo desde Londres hacia… “cualquier lugar”. 

El segundo tweet nos muestra a la ex primera ministra sentada a bordo de un avión al lado de la puerta de emergencia con la palabra “Exit” y un mensaje que dice: "Una salida rápida. Liz a medianoche".

Pero eso no fue todo, como tampoco simpatizaban con su antecesor, Boris Johnson, cuando se enteraron que se candidateaba para regresar al gobierno publicaron un nuevo tweet con la cara del desprolijo funcionario debajo de una señal de “no avanzar” y con un texto que decía: "Seamos claros: NO vamos a ayudar a Boris a llegar a casa hoy". 

La empresa Thomas Cook, en su nueva versión, publicó en sus redes sociales una imagen en la que se ve a Liz Truss llevando una valija y saliendo desde el número 10 de Downing Street acompañada del mensaje Short stays from £159pp, algo así como “Estancias cortas desde 159 libras por persona” y un enlace a las ofertas de la compañía. 

A pesar de ser un ejemplo de civilidad, está claro que la ecuación público/privado no funciona tan bien en las islas británicas como en otros países del mundo y en donde Argentina es un ejemplo de ello.

A pesar de todo, no podemos dejar de destacar la independencia política de las empresas turísticas británicas cuando se trata de expresar su opinión públicamente del trabajo de sus funcionarios y sin miedo a recibir represalias por pensar diferente.